A solas con Abel Pintos
En una agradable charla minutos antes de subir al escenario, de manera exclusiva, Abel Pintos dialogó con ELSANRAFAELINO.COM, donde expresó sus sensaciones de volver a San Rafael luego de varios años, lo que se viene en su carrera y la particular forma que tiene de ver la vida.
Sobre la visita al departamento, Abel comentó: “En el 2008 vinimos a dar un concierto fue en una calle al aire libre, creo que para una casa de electrodomésticos que hacia una función, después tocamos en el teatro Roma en el 2010 presentando el disco “Revolución” y en 2014 vinimos a presentar el disco “Abel” en el anfiteatro, por eso se puede decir que conozco más al público, que a San Rafael en sí”.
Hablando sobre las sensaciones que siente al subir al escenario, el cantante remarcó la importancia y el agradecimiento para sus fans: “El agradecimiento es, porque siempre fueron muy generosos, hay momentos en los que es más el sacrificio, de alguna forma como el que estamos viviendo ahora, que la verdad es un hecho no una opinión política, pero de por si siempre valoré mucho el hecho de que alguien quiera venir a un concierto”.
“Porque un recital no está en las prioridades fundamentales de la vida de nadie, no es un alimento, ni una factura de algún servicio, es exclusivamente un gusto que uno se da para el alma, porque además es un tiempo para uno, no es un tiempo para el artista al que va a ver, entonces, que pocas o muchísimas personas se tomen ese tiempo para sí mismo, en un recital mío, me parece un gesto súper generoso, más que el hecho de pagar la entrada, porque al final el tiempo es lo más caro que tiene el ser humano, y esta noche serán 2 horas ahí adentro y para mí es muy valioso”, remarcó Abel.
También el cantautor habló sobre “La familia festeja fuerte”, su último material grabado en River en diciembre del 2017: “El año pasado hicimos la gira, que de hecho nos trajo a Mendoza, al Arena Maipú, ahora nos queda retomar esa gira en la Patagonia y cerramos en Argentina en Mar del plata 19 y 20 de abril, después me voy a Bolivia y termino la gira en Chile en mayo”.
Cabe destacar que el disco doble se puede conseguir en varios formatos: “En un libro con más de 150 fotos de 2 artistas de la fotografía que yo admiro mucho desde siempre, Martín Bonetto y Guido Adler. Ellos hicieron la cobertura y me interesó mucho desde que lugar captaron lo que pasa con el público en un concierto. Ese libro trae el disco doble y un DVD, es un formato caro, es un libro para un living, con un peso y tamaño interesante”.
También se puede conseguir, el formato de CD común, que es un CD doble con todo el concierto que tiene invitados como León Gieco, Ciro, Malú, Santiago Cruz y Marcela Morelo y tiene 23 años de trayectoria. Y también se puede escuchar el disco doble completo en Spotify o se puede ver el DVD en Youtube.
En cuanto a su futuro, Abel comentó: “Ahora vamos a completar esa gira, y en mayo cuando termine, después de un tiempo de descanso, empiezo a trabajar formalmente en el próximo disco, que un poco el adelanto de lo que va a venir es “100 años”, la canción que acabo de editar en enero. La cual compartí porque lo necesitaba, la tenía lista y quería presentar música nueva, y a los pocos días, una nueva tira televisiva de Adrián Suar la tomó como música emblema del programa, entonces nos encontramos con un éxito súper inmediato de la canción y termina teniendo un poco la sensación de adelanto del próximo disco”.
Además durante la charla, hablamos sobre su relación con “La Casita de Malen” y la Asociación de Jóvenes por la lucha Contra el Cáncer Infantil: “Lo que sucedió en su momento, cuando vinimos a hacer aquel concierto en 2014, fue que ellos se acercaron y, en un acto muy generoso, quisieron mencionarme padrino de la ´Casita´, entonces yo les fui sincero, como siempre lo hago con la gente que se acerca con esa hermosa intención, y les dije, ´A mí no me sirve ser padrino de una asociación sino voy a hacer algo en concreto, la verdad el título me deja bien parado a mí, pero no les da nada en concreto a ustedes, entonces cuando necesiten algo en particular tienen mi contacto, se comunican, me hacen saber que necesitan y si está en la medida de mis posibilidades yo los voy ayudar y acompañar´, pero no generar un compromiso de las partes sin ningún beneficio para ellos”.
“La realidad es que para mí es un poco sensible el marketing que se hace a veces de la solidaridad, y la solidaridad es un arte, no es una cuestión para quedar bien, de hecho nadie debería saber o convertirse en ser un hecho publicitario que una persona ayude a otra, al contrario, es un arte porque tenemos que aprender a hacerlo normal, que sea un gesto natural, un impulso intuitivo”, remarcó Abel.
Para finalizar sobre el tema de la “Casita de Malen”, aseguró: “Conozco gente que la dirige pero no sería verdad si yo digo, ´Si estoy en contacto con ellos y los ayudo´, porque de momento no hemos hecho nada juntos, pero si estoy para lo que necesiten”.
Debido a su éxito e importancia en este momento, se puede pensar que, en cierto punto, Abel “Tiene el mundo a sus pies”, a lo que el artista, entre risas contestó: “No me planteo mucho tener el mundo a mis pies, porque de alguna forma si me lo planteara de esa manera, estaría dando por sentado que yo estoy elevado de alguna manera, asi que no me lo planteo”.
“Siempre mi norte fue tener claro porque hago lo que hago, después yo como persona voy cambiando mucho, no sabría si voy evolucionando o no, pero si cambiando mucho, soy un hombre que se siente a gusto con los ciclos y con los cambios, no tengo conflicto con eso, soy un hombre que está muy atento a todo lo que vive cada día y a todo lo que eso provoca. Después, la verdad no me ocupa tiempo en mi mente saber si yo estoy resultando para los demás un tipo humilde, simpático o no sé qué, porque al final después las opiniones o las apreciaciones son muy subjetivas, y si yo pensara eso, siento que empezaría a manipularlo, y no me gustaría eso, porque no me gustaría crear una postura para nadie, sería muy incómodo tener que sostenerla”, sostuvo el artista.
Abel, se considera una persona muy espiritual y lo demuestra día a día en cada uno de sus shows, por ende cuando le consultamos sobre su pensamiento sobre si cree que hay algo después de esta vida explicó: “Yo considero que sí hay, me da la sensación de que esto es la parte de un proceso, no lo veo de una manera ideal, no digo después de la vida estará el cielo o el infierno, o el paraíso o la reencarnación, no lo veo como figura, considero que esto no termina acá, porque de hecho no pienso que arranque en el momento que nos paren, sería solo un paso”.
Charlando sobre sus virtudes, el bahiense destacó: “Una virtud, no sé si la mayor, es que creo que soy un tipo bastante pragmático, y eso por lo menos a mí me sienta cómodo y lo termino recibiendo como una virtud”.
Automáticamente, le preguntamos sobre lo que el consideraría un defecto, recordando a modo de anécdota cuando habló en una entrevista sobre uno de sus dientes: “Si pero al mismo tiempo no, porque a lo mejor lo puedo tomar como un defecto “estético”. Y recuerda: «Un día fui a una odontóloga, y me dice, ´Te vamos a arreglar ese diente´, y le respondo, ´Mira si me quitas ese diente, me quitas el 75% de mi personalidad, porque yo me hice fuerte en ese diente, yo me tuve que animar a encarar a una chica en la adolescencia, sabiendo que ese diente la estaba amenazando, es un amigo para mí´, expresó mientras reía.
“Un defecto….. la verdad debo tener un montón, algo en lo que vengo trabajando es que, como soy tan pragmático, ahora esa practicidad estoy tratando de trasladarla a la oratoria, porque me gusta mucho conversar y durante muchos años escuche a payadores, cuentistas, trovadores, poesía relatada y todo esto me hizo gustar mucho del relato, entonces a veces me gusta contar historias o anécdotas, pero luego, en cosas más cotidianas, me encuentro haciendo todo un desarrollo de algo que puede llevar 3 minutos, entonces eso por momentos es un defecto, soy un poco vueltero”.
Uno de sus principales y más recordados actos en sus shows, es el ritual al final: “No me acuerdo cuando nació, fue también cambiando, no fue buscado. Una característica en mí, cuando me despido de alguien, es que suelo decir “adiós” en lugar de decir “chau,” porque verdaderamente es una forma de encomendar a la persona de la que estoy despidiendo, es dejar esa persona en manos de, aquel lugar y aquella esencia en la que yo creo, que es Dios. Entonces de la misma manera, en algún momento empecé en el escenario a compartir con el público mi buen deseo”.
“Ha cambiado, en su momento yo recuerdo que hablamos mucho con el público sobre la trata de personas y sobre las drogas, luego en un momento eso dejo de ser así, hablamos de otras cosas, cuando algo se empieza a volver en los concierto “necesario”, deja de seducirme, siento que pierde naturalidad”, aseguró Abel.
“Es lo que está pasando un poquito ahora, con esto que se hizo muy popular ya que una serie de situaciones invite a cantar a personas en el escenario, entonces ahora mismo a los conciertos viene un montón de gente con carteles que dicen ´Quiero cantar con vos´, y les digo ´Me encanta de verdad, les súper agradezco, pero yo no puedo cumplir con todo el mundo ahora´, porque si vienen 20 personas con carteles, me llevaría media hora de concierto y yo encantado, pero a lo mejor otra persona del público no, entonces cuando lo de cantar conmigo se empezó a convertir como, en una cosa de ´Tiene que suceder´, dejo de seducirme tanto, entonces lo sigo sujetando a que se dé, a que en un concierto haya una persona con un cartel, que el escenario este armado de manera tal de que sea seguro y que podamos hacerlo pasar fácilmente, se tienen que dar muchas cosas, me gusta la naturalidad, no me siento cómodo manipulando o forzando situaciones”.
Para finalizar, ante la consulta de su forma de recorrer y jugar en el escenario, Abel recordó su admiración por Miguel Abuelo, líder de los “Abuelos de la nada”: “Es una gran influencia para mi Miguel, como ´Frontman´, no sé si todo, pero mucho material del que existe, que tampoco es mucho audiovisual, lo he visto muchas veces, me atraía mucho su expresión e interpretación de sí mismo, que me parece muy elevado espiritualmente, aquel que logra interpretarse a sí mismo y que también aprende a reírse de sí mismo, admiro mucho a la gente que se ríe de sí mismo y yo pretendo hacerlo y en los momentos en que lo logro me siento verdaderamente muy feliz”.
Abel Pintos, un tremendo artista arriba del escenario, y toda la humildad debajo del mismo, solo remarcar la calidad de la atención de la producción y la predisposición del artista para recibirnos 15 minutos antes del show, en su lugar de descanso.