Mauricio Macri inauguró la campaña del oficialismo y dijo que están listos para seguir “cuatro años más”

Mauricio Macri inauguró la campaña del oficialismo y dijo que están listos para seguir “cuatro años más”

Mauricio Macri arengó aunque mantuvo un tono moderado. El discurso áspero esta vez quedó para Miguel Pichetto y antes María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. El Presidente procuró mostrarse reflexivo, dedicó un tramo a enumerar obras y buscó recomponer la expectativa de cara a la recta final de la campaña para las primarias, en la cumbre de candidatos, gobernadores, intendentes, legisladores y funcionarios de Juntos por el Cambio en Parque Norte. Su compañero de fórmula y el jefe porteño expresaron los dardos más duros al kirchnerismo.

“En estas horas que nos tocó despedir a De la Rúa se recordó lo que se vivimos en esos años y la diferencia es por qué estamos acá. Fue tal vez el peor año que me tocó vivir. Me iba a dormir pensando en cómo no caer en una crisis como la de 2001”, aseguró Macri en el cierre, con Pichetto a su lado. “Se vienen estos meses que son especialesporque hay muchos argentinos que no han tomado una decisión, y otros que la han tomado pero quieren escuchar el por qué, el para qué”, funcionó como pie para el pedido de contar lo que nombró como principales avances en su gobierno. Mencionó el paso del 20% al 40% del tratamiento de los efluentes cloacales, los viaductos Mitre y San Martín, “más de 500 obras de hábitat en todo el país”, la “revolución” de la conectividad y la política exterior, con el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea: “Es una autopista al crecimiento. Algo tenemos, porque todos quieren vincularse con nosotros. Tenemos que matar al enano incumplidor que nos dañó durante décadas”.

Para el final dejó la arenga, en el inicio simbólico de la campaña por su reelección: “Necesito que ustedes salgan a transmitirle esta convicción a los que dudan. La alternativa sería perder dos o tres generaciones antes de encontrar el camino. Espero que, por más que haya sido un año duro, tengamos la fuerza. Depende de nosotros que se transforme en una Argentina imparable”. y agregó: «Estamos listos para continuar cuatro años más».

Pichetto había expresado un discurso más duro contra el kirchnerismo, con el foco en Alberto Fernández y Axel Kicillof. Primero opuso el “modelo democrático y de una Argentina integrada al mundo contra el modelo autoritario y la Argentina cerrada”, y luego encadenó las críticas: “Como dijo la gobernadora, La Cámpora va a gobernar la provincia. No creo que lo logre, pero ésa es la intención. Además de tener una conformación marxista ha expresado que si gana en Frente con Todos va a haber cepo, una economía rígida, con fuerte intervención del Estado, y esto no fue desmentido por Alberto Fernández”, arrancó con la economía, y también contrastó la posición sobre Venezuela: “Acá estamos convencidos de que es un régimen sangriento, que está matando gente. El candidato Fernández no se enteró de que murieron siete mil personas”.

Antes de los cierres de Macri y Pichetto, subieron al escenario los gobernadores. Moderados por Francisco Quintana, hablaron y arengaron Vidal, Rodríguez Larreta, Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés. Gerardo Morales faltó con aviso por un viaje a China. Gabriela Michetti y Elisa Carrió completaron las ausencias más salientes.

“Cuando yo llegué, si te pasaba algo te tenía que llevar la policía al hospital, si se enteraba. No se cambiaban los caños del agua desde hacía 60 años. Gobernaron los mismos 28 años. Ya no había punteros, la gente le pedía ayuda a los narcos”, dio Vidal otra muestra del tono de su campaña contra Kicillof. “Y lo peor no era la bomba estallada, lo peor era que nos querían hacer creer que teníamos que vivir en Chernobyl para siempre”, arremetió, antes de enumerar obras hídricas y de infraestructura y la llegada del SAME con el propósito de marcar el contraste.

Rodríguez Larreta puso en palabras el clima optimista que dominó buena parte de la jornada en los pasillos de Parque Norte. Más allá de que se trata del modo habitual en el inicio de una campaña, la recuperación en la imagen de Macri de las últimas semanas recompuso los ánimos. “La calle sigue dura, pero parece que aflojó un poco la caída. Frenó justo”, admitía un candidato a intendente bonaerense. “La tendencia es mejor que la foto, que todavía no es buena pero hay un avance cada semana”, moderó el triunfalismo uno de los estrategas. “Estamos mejor, pero no es para descorchar”, coincidió en la mesura uno de los gobernadores.

“La economía se estabilizó, empiezan a dar resultado los programas de consumo, pudimos mostrar muchas obras. Nos abrimos y sumamos, ahí lo tenemos a Pichetto, en la Ciudad a Martín (Lousteau)”, buscó potenciar la motivación el jefe de Gobierno porteño. “Todo eso nos pone en una posición mucho más sólida, pero no hay que creérsela. Esto es un voto más, apretemos los dientes”, advirtió, y dedicó un tramo a la polarización con el kirchnerismo: «Del otro lado muestran la hilacha. Se cagaron a tiros dos facciones en un frigorífico, nos patotearon en el Obelisco y a ella la tienen escondida”.

En los discursos se repitió el concepto de “elección bisagra”: la consideraron entre las más importantes desde el regreso de la democracia. “Fueron tres años y meses dolorosísimo para la Argentina, pero necesarios para entrar en la senda de desarrollo que merece nuestro país”, aseguró Cornejo. “Tenemos que salir a defender el cambio, el cambio se consigue militando”, pidió Valdés en tono de arenga.

Fuente: Clarín

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