Documentos exclusivos: a cinco años, la trama del misterioso viaje de Cristina Kirchner a las islas Seychelles

Documentos exclusivos: a cinco años, la trama del misterioso viaje de Cristina Kirchner a las islas Seychelles

El trayecto

Lo que dijo el gobierno

La Presidenta regresó el 21 de enero a las 23.18 hora de Hanoi; voló 7.30 hs. y aterrizó en Mahe, Seychelles a las 03.50 del 22 de enero donde permaneció 13.30 horas. Luego, voló 5.30 horas a Upington (Sudáfrica). Escala técnica para cargar combustible, cambiar tripulación y luego, 12.19 horas hasta llegar a Buenos Aires.

La investigación periodística

Los registros de la contratación establecen que desde Vietnam a Buenos Aires el avión realizaría dos escalas. La primera, en Colombo (Sri Lanka), la segunda en en Upington, Johannesburgo (ambos en Sudáfrica). Se planificó el itinerario para que un Jefe de Estado no tenga que esperar el descanso de los pilotos.

El avión utilizado

Lo que dijo el gobierno

La contratación se inició con un dictamen de la Casa Militar: “No se puede garantizar que el Tango 01 no sea objeto de posibles reclamos, medidas precautorias o de ejecución durante las escalas o las estadías”, dijo el organismo encargado del traslado presidencial.

La investigación periodística

Hubo un concurso de precios. Royal Air hizo la oferta más barata pero pretendía cobrar por adelantado. Además, tenía una puerta semi rígida en la división del dormitorio. Chapman – Freeborn ofreció un avión con puerta corrediza rígida aunque el precio era más caro, US$ 880.000.

La polémica

Lo que dijo el gobierno

La escala en Seychelles se debió a que la primer tripulación estaba disponible en Hanoi y la comitiva llegó tarde. Debido a ese retraso, no eran suficientes las horas disponibles para hacer el viaje directo a Sudáfrica. Entonces, se decidió la escala para que los pilotos duerman y luego completar el tramo restante de cinco horas.

La investigación periodística

En los documentos de contratación del viaje jamás se incluyó la escala en Seychelles pero sí en un decreto que se publicó el 13 de marzo de 2013 pero que estaba fechado el 10 de enero. Respecto del descanso de la tripulación, estos servicios están preparados para resolver los imprevistos sin generar una espera.

Último tramo

Luego de despegar de Seychelles, el avión descendió en Upington, Sudáfrica. Fue un vuelo corto, de 5 horas. Como se previó, se cargó combustible y subió una nueva tripulación, que esperaba en tierra. Ante la falta de una certificación que habilita vuelos transoceánicos de largo alcance, la aeronave tuvo que mantenerse cerca del continente y cruzar el Atlántico en la zona donde los continentes están más cerca. Esta ruta demandó una demora de tres horas.

Disculpas de la empresa

Lo que dijo el gobierno

En una auditoría posterior, el gobierno recibió una carta de disculpas de la empresa, donde dan cuenta de la falta de la certiciación para el vuelo transoceánico. La compañía inglesa dice “entender la frustración de la señora Presidenta”.

La investigación periodística

Las disculpas llegan por las horas de más que voló el avión desde Upington a Buenos Aires, pero omiten cualquier explicación sobre la deficiencia en el servicio para evitar la escala en Seychelles, donde Cristina Kirchner esperó 13.30 horas mientras descansó la tripulación.

 

Pasaron cinco años y después de aquel viaje nada es igual. Las explicaciones oficiales y el detalle de la contratación al que accedió LA NACION jamás alcanzaron para cubrir todos los puntos oscuros que dejó la escala a Seychelles.

¿Por qué no se contrató el avión con la escala incluida si el decreto presidencial, fechado el 10 de enero, tres días antes de la partida, establecía la visita oficial a Seychelles por dos días? ¿Por qué el decreto se publicó el 13 de marzo de 2013, dos meses después del inicio del viaje? ¿Se hizo después ese documento? Y, en ese caso, ¿por qué si la entonces presidenta tenía previsto detenerse en ese archipiélago esgrimió la propia Casa Rosada la explicación del descanso de los pilotos? Sólo unos pocos que iban arriba de ese avión tienen esas respuestas.

Cinco fuentes consultadas coincidieron en que hubo una decisión de detenerse en ese lugar por alguna razón externa a la tripulación. De hecho, Cristina Kirchner varias veces voló con tripulaciones al límite sólo por el hecho de que ese tipo de raid merecen toda la diligencia para estar a disposición de quien paga semejante servicio.

En dos viajes anteriores, la comitiva oficial viajó muchas más horas sin detenerse. Jorge Pérez Tamayo, expiloto presidencial en varias oportunidades, aportó dos datos. «Como piloto presidencial hicimos Buenos Aires-Moscú (en diciembre de 2008) en 15 horas y lo hicimos sin escalas. A la vuelta, por una cuestión de vientos, tuvimos que bajar en Río de Janeiro. Y cuando viajamos a Arabia Saudita, que aterrizamos en Doha (en enero de 2011), tuvimos 16 horas y 25 minutos de vuelo. Todo sin escala», dijo el excomandante de Aerolíneas Argentinas. Palabra de gremialista, hombre que en ese momento dedicaba parte de su tiempo a defender los derechos de los pilotos. Sin embargo, el pasajero presidencial merece la excepción. «No había ninguna razón desde lo técnico para detenerse ahí», dijo al recordar aquel periplo.

LA NACION, a través de un pedido de información, accedió a documentos que, hasta ahora, estaban guardados en oficinas cercanas a la Presidencia. De ellos surge que hubo una decisión de detener el avión en Seychelles, un aeropuerto alejado de todo, en medio del Océano Índico, sin ningún aeropuerto alternativo para aterrizar en caso de que salga de servicio por alguna circunstancia. Nadie recomendaría ese punto de descenso, en un paraíso fiscal y mucho menos si el pasajero transportado es un Jefe de Estado.

La protagonista excluyente de las suspicacias que dejó el descanso en Seychelles, la ex presidenta Cristina Kirchner , ahora es investigada en varias causas, una de ellas por asociación ilícita y lavado de dinero en carácter de «jefa» junto a su hijo Máximo Kirchner. En tanto que Florencia Kirchner es considerada coatura de esos delitos. LA NACION intentó comunicarse con los Kirchner a través de la Fundación Patria pero no hubo respuestas.

Las explicaciones quedaron asentadas en los documentos a los que accedió LA NACION y en los comunicados que entonces firmó el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli. Demasiado escuetos como para no generar sospechas y suspicacias.

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