España celebra 40 años de democracia con una advertencia «real» a los separatistas catalanes
Ningún camino que se emprenda en la democracia puede conducir a la división de los españoles», subrayó Felipe VI, quien fue ovacionado en el Parlamento.
El rey Don Felipe VI se ganó una merecida ovación por su discurso ante la asamblea parlamentaria (diputados y senadores) para conmemorar el 40 aniversario de las elecciones de 1977 (constituyentes). “Ningún camino que se emprenda en la democracia puede ni debe conducir a la ruptura de la convivencia o la división de los españoles”.
Era, entre otras cosas, una rotunda advertencia a la crisis que se plantea por la convocatoria ilegal por los partidos secesionistas a un referéndum para determinar si se instaura o no una República Catalana. Esta alternativa es inconstitucional y todos los sondes cifran el rechazo de los españoles en más del 75% de los consultados.
El monarca continuó en esa línea. Reivindicó la Carta Magna democrática de 1978, aprobada en toda España incluida Cataluña, en la que exhortó a los españoles a “caminar juntos hacia la afirmación de una unidad nacional que asume la división territorial y reconoce el autogobierno de sus nacionalidades y regiones”.
Sus palabras fueron acogidas con un gran aplauso por los legisladores.
“Fuera de la ley solo hay arbitrariedad, imposición, inseguridad y en último extremo la negación misma de la libertad”.
Despertó mucha atención que, en un momento de su discurso, Felipe VI, utilizara la palabra “dictadura” para referirse al régimen de Francisco Franco.
Después del homenaje a su padre, lo extendió a los diputados y senadores electos el 15 de junio de 1977 que tuvieron, la «responsabilidad histórica» de dar la respuesta política a los errores del pasado y superar las diferencias entre «los españoles convencidos de que la Guerra Civil y la dictadura eran, como se afirmó entonces en estas Cámaras, una inmensa tragedia sobre la que no cabía fundar el porvenir de España».
El Rey destacó el modelo de la Transición destacando que “nadie en España debe volver a ser enemigo de nadie. La exclusión, la imposición, la intolerancia y la discordia deben ser sustituidas por la renuncia al dogmatismo y la defensa de las propias convicciones con pleno respeto al adversario y hacia las opiniones ajenas o diferentes».
La sesión se puso en pie para aplaudir el mensaje de «gratitud, homenaje y admiración» del Rey, a su padre, el monarca emérito Don Juan Carlos y a «toda aquella generación que abrió el camino de nuestra democracia». Después se ha remontado a los logros de la Constitución liberal de 1812 para alertar contra la España de épocas posteriores, marcada por la falta de respeto a las convicciones ajenas y «la imposición de la propia verdad sobre la de los demás».
Entre aplausos del público, Felipe VI y la Reina Letizia han sido recibidos en la Escalinata de los Leones por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los presidentes del Congreso, Ana Pastor; del Senado, Pío García-Escudero; del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; y del CGPJ, Carlos Lesmes.
Es la tercera vez, desde su proclamación como Rey de España, que Felipe VI pronuncia unas palabras en sede parlamentaria, en esta ocasión para celebrar la relevancia histórica de la Transición.
El Congreso de los Diputados amaneció engalanado para la ceremonia, y en la escalinata de los Leones se ha instalado el tradicional baldaquino, un enorme dosel bordado que se utiliza en la Cámara en sesiones de gala desde el año 1902. Se trata de una pieza de 130 metros cuadrados y que pesa más de 220 kilos, que lleva bordado el escudo de la bandera de España y está también adornado con motivos vegetales.
También se ha preparado la escalera que da acceso a la tribuna del hemiciclo para que por ella puedan entrar directamente los Reyes en el salón de plenos.
Fuente: Clarín
