99 días de gobierno sin Covid: cuál hubiese sido el destino del país sin pandemia

99 días de gobierno sin Covid: cuál hubiese sido el destino del país sin pandemia

Durante los primeros tres meses desde que asumió Alberto Fernández, la agenda apuntaba a a reforma judicial y las primeras medidas económicas, las mismas de siempre.

¿Hay alguna manera de saber cómo le hubiera ido a este Gobierno de no haber irrumpido el coronavirus? Es una pregunta de relevancia ya que muchos desde el oficialismo señalan a la pandemia como la principal causa de la derrota electoral. Dicen que sin el Covid y sin la “otra peste” -para ellos-, llamada Mauricio Macri, viviríamos hoy en el mundo feliz que soñó Peron y Evita. Y Néstor, claro.

Qué tanto mejor hubiese sido este gobierno sin el Covid, ésa es la cuestión. Se trata de una pregunta contrafáctica, difícil. Pero si analizamos lo que hizo Alberto Fernández en los 99 días que van desde que asumió hasta que decretó la cuarentena podemos proyectar resultados. Veremos a donde apuntaba el Gobierno cuando lo sorprendió la pandemia y especular si por ese camino nos hubiese llevado a buen puerto.

Hagamos un repaso. Para arrancar, “El Relato” un ingrediente irremplazable de la alquimia K apareció en la tapa de los diarios el 15 de diciembre. Fue Santiago Cafiero quien arrancó con la construcción de la infaltable “épica”. Dijo el Jefe de Gabinete: “vamos a luchar contra el hambre, por los más postergados, trabajar para los sectores que peor la pasaron y que son nuestros jubilados, las Pymes y los productores locales de alimentos”. Arrancamos con todo.

99 días de gobierno sin Covid: cuál hubiese sido el destino del país sin pandemia

Más temprano que tarde (exactamente tres días después de la llegada del kirchnerismo al poder), arrancó la “temporada de liberación de presos”. El envión de esta política se va a extender más allá de los primeros 3 meses libres de Covid. En estos dos años va beneficiar a todos los funcionarios que habían sido acusados de corrupción a excepción de Ricardo Jaime.

El 16 de diciembre liberaron a Julio De Vido y Roberto Baratta en la causa de los cuadernos. Ambos dejaron el penal de Ezeiza el viernes 13 a la madrugada. De Vido todavía con domiciliaria por la causa Río Turbio va a ser excarcelado definitivamente el 4 de marzo, días antes de que se inicie la cuarentena. Dieciséis días después va a volver a quedar encerrado. ¿Justicia divina?

Roberto Baratta, quien había sido apresado en 2018, fue librado el 16 de diciembre, a días de haber asumido Alberto Fernández. (Foto: NA)
Roberto Baratta, quien había sido apresado en 2018, fue librado el 16 de diciembre, a días de haber asumido Alberto Fernández. (Foto: NA)

En estas primeras jornadas quedó claro que la idea no era solo liberar presos, sino prevenir que no caigan los que venían zafando. El 19 de enero la ministra de Justicia Marcela Losardo, instaló el tema de la reforma judicial y dijo en un reportaje que se iban a frenar las “detenciones arbitrarias”. De los 45 millones de argentinos y argentinas, éste era un tema que solo le preocupaba a una sola. La Reforma Judicial y en especial del fuero federal era la prioridad en esos días.

Pero no era suficiente con una reforma del sistema. Es que había causas con pruebas muy contundentes (Hotesur o Los Sauces, por ejemplo) que era lógico que sigan avanzando, incluso con los cambios. Se empezó hablar entonces de “presos políticos” para deslegitimar posibles fallos adversos. Arrancó como siempre el ala dura con Hebe de Bonafini y Oscar Parrilli. Y a partir de ahí nada los detuvo.

Incluso cuando Santiago Cafiero el 8 de febrero salió a decir que en el país no había presos políticos sino “detenciones arbitrarias”, los kirchneristas hicieron fila para cachetearlo. Pasaron de a uno: Julio De Vido, Jorge Ferraresi, Nora Cortiñas y la Ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Todos ellos cruzaron a Cafiero aún sabiendo que también contradecían al propio Presidente. Una reacción que se va a transformar en un clásico.

El 9 de febrero Cristina Kirckner habló por primera vez en la presentación de su best seller Sinceramente en Cuba. Desde La Habana aprovechó la oportunidad para cargar a su modo contra la justicia que estaba investigándola. Dijo que ella era víctima de un lawfare de “componentes mafiosos”. Por otro lado, la ministra de Seguridad Sabina Frederic pidió revisar las pericias en el caso Nisman, la causa que más inquieta a la Vicepresidenta. La reforma de la justicia estaba bien arriba en la agenda.

Cristina Kirchner, durante la presentación de su libro Sinceramente, aprovechó para cargar contra la justicia e instalar el tema del "lawfare". (Foto: EFE/ Yamil Lage/ Pool AFP)
Cristina Kirchner, durante la presentación de su libro Sinceramente, aprovechó para cargar contra la justicia e instalar el tema del «lawfare». (Foto: EFE/ Yamil Lage/ Pool AFP)

En economía nada nuevo bajo el sol. El 16 de enero suspendieron la movilidad jubilatoria y como consuelo otorgaron dos bonos de 5000 pesos, un viejo truco. Más adelante, ya en pandemia, van a cambiar la fórmula de movilidad y, en los hechos, van a bajar las jubilaciones. Para los beneficiarios de la Asignación Universal por hijos hubo 2000 pesos más.

Repartieron sumas fijas para todos, nada que resulte permanente. La fórmula incluía medidas ya transitadas, como control de cambios, aumento de las retenciones al campo e impuesto del 30 % a la compra de dólares. Calcado de lo que va a pasar los dos años que siguen: ningún plan, ninguna medida de fondo.

En materia de políticas de seguridad, a 5 días de haber arrancado el nuevo Gobierno, la ministra Sabina Frederic declaró: “Los problemas emergentes obedecen a diferentes causas y atacarlos por el uso de la fuerza o el encarcelamiento en el corto plazo parece que lo resuelve, pero en el mediano plazo no”.

Según el traductor Antropóloga-Castellano, entendemos que la represión del delito no está bien vista ideológicamente hablando por el Gobierno. Una posición que se mantuvo a pesar del Covid y que no mejoró en nada la oferta en seguridad oficial.

La exministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, protagonizó una novela de entredichos con el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. (Foto: NA)
La exministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, protagonizó una novela de entredichos con el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. (Foto: NA)

También en materia de seguridad, “Berni vs. Frederic” fue la telenovela que empezó en esa época y que luego se repitió más que El Zorro. Arrancó el 10 de febrero cuando Berni le reclamó a Frederic el retiro de las fuerzas federales de la provincia. Un día después se sumó el presidente quien apoyó al pedido de Berni. El telón cerró esta vez el 12 de febrero con el pedido de Berni desestimado. Conclusión 3 días de idas y venidas. ¿Para qué? Para nada o para muy poco.

Estos 99 días son el botón de muestra de la agenda que quería llevar adelante Alberto Fernández en su gobierno. Además de los temas comentados se sumaron otros como el aborto, la tensión con el campo, la agenda de género, el viaje de Alberto para ver al Papa y el supuesto “otoño del patriarcado”. Pero queda claro en las tapas de los diarios que el tema prioritario fue la Reforma Judicial y del sistema de jueces federales. Un tema que cuando llegó la pandemia bajó de la agenda a golpes de realidad.

Por el envión que tenía el tema en esos primeros días algunos podrán decir que si no hubiese irrumpido el Covid los funcionarios interesados hubieran conseguido su Reforma Judicial. Casi que nos hubiera ido peor, al menos en ese aspecto. Lo cierto es que nada de lo que vimos se hizo en esos en estos primeros 99 días nos hace suponer que el Gobierno que despegó el 10 de diciembre, hubiese tenido un mejor destino en la elección pasada, incluso con el cielo libre de Covid.

Nadie discute que la pandemia generó dificultades importantísimas para gobernar. Que la realidad con la que le tocó lidiar a Alberto Fernández fue durísima. También sabemos que los oficialismos perdieron en la mayoría de los países donde se presentaron a revalidar sus liderazgos.

Pero lo que no se puede negar es un principio básico de la política. Que las administraciones que hacen mal su trabajo pierden. Y si un Gobierno tiene una agenda desacoplada con lo que necesita la gente y además fallan sus instrumentadores, lo más probable es que tarde o temprano sea derrotado. Eso es lo que vimos en esos primeros 99 días, que continuó luego por dos años, y que tranquilamente pudo haber sido la verdadera la causa de la derrota.

Fuente: TN