Argentina: desesperación y empate
Fue 1-1 con Venezuela, a la que le había ganado todos los partidos como local. Sigue en puestos de repechaje.
Había una cuenta que no podía fallar: Argentina debía sumar los seis puntos como local para no sufrir fuera de casa y quedarse sin Mundial. El primero de esos triunfos debía darse esta noche, en el Monumental y frente a Venezuela. Sin embargo, el equipo de Jorge Sampaoli fue de mayor a menor, empató 1-1 (el gol argentino lo convirtió un defensor venezolano en contra) y se complicó.
El empate con Uruguay en Montevideo no había dejado una mala sensación. Pero Argentina sabía qué necesitaba en el Monumental. El triunfo aparecía en el horizonte como el oasis entre tanta presión y desesperación. Y por él fue el seleccionado de Jorge Sampaoli desde el primer minuto del partido con Venezuela. Aunque nunca lo consiguió.
Sin renunciar a la línea de tres, el entrenador se inclinó por Javier Mascherano para reemplazar a Gabriel Mercado y fue el hombre del Barcelona la clave de la primera ocasión de peligro de Argentina. Fue para habilitar a Mauro Icardi, a los 3 minutos, con un magnífico pase entre líneas, que el delantero del Inter interpretó aunque falló en la definición, ya acorralado por el arquero Faríñez.
Con un Messi brillante que activó el armado de juego, Argentina acumuló situaciones ante una Venezuela tímida, que no sabía cómo hacerle frente a los desbordes de Ángel Di María y Lautaro Acosta en cada uno de los costados.
A los 10 minutos fue otra vez Icardi el que tuvo en sus pies el gol. Esta vez, en un encuentro de rosarinos. Una magnífica habilitación de Messi a Di María terminó en el centro de primera del zurdo del PSG que el delantero no pudo conectar ni estirándose.
Eléctrico en ataque, cuando Venezuela lograba recuperar la pelota no lastimaba. Aunque sí pudo provocar algunos errores, como una falta fuerte y de amarilla que Banega se ganó al cortar una contra a los 14 minutos.
Las respuestas de Argentina, mientras tanto, eran todo un problema para el arco de Faríñez y para la última línea venezolana, que sufría en la derecha con las subidas del Laucha Acosta. En uno de esos intentos, el de Lanús tiró el centro que Banega no pudo transformar en gol porque un rival la sacó antes de que el remate se encontrara con el arco.
En medio de ese frenesí era Icardi el que más cerca de estaba de gritar el primero. Pero ni con esa frescura de su primera convocatoria a la Selección el delantero lograba romper el maleficio de la escasez de gol: apenas 15 en igual cantidad de partidos.
A los 24 minutos, en una de esas buenas subidas, el partido se terminó para Di María. El rosarino sintió un pinchazo en la parte posterior del muslo y le dejó su lugar a Marcos Acuña en el sector izquierdo de la cancha, ese que tanto había extrañado el ex Racing en su partido frente a Uruguay, ante el que jugó por el otro costado. Rápidamente entró en juego y, más tarde, fue clave.
A los 31 minutos, Dybala recibió el centro atrás de Acuña y sacó un disparo desde afuera del área, que se fue cerca. Fue un aviso del delantero de Juventus, que en el arranque del partido se mostró más en el armado que en la definición de las jugadas.
Argentina no se cansaba de buscar pero el gol seguía sin llegar. En el 0-0, mientras tanto, había tiempo para disfrutar de lujos de Messi, que -tras despacharse con un caño más temprano- se sacaba cuatro hombres de encima para sacar un remate que era rechazado al córner.
Pero tampoco se le abría el arco a La Pulga. A los 40 minutos, Dybala fabricó una falta en la puerta del área -se tiró tras tocar a Jhon Chancellor- pero la estrategia del capitán de probar al palo del arquero no salió como lo imaginaba y la chance de romper el cero con la pelota parada se desvaneció.
Ese dominio no se había traducido en goles en la primera etapa y fue algo de lo que se lamentó, poco después, la Selección. A los 4 minutos, con Argentina parada en ataque, Banega perdió la pelota y la visita armó una contra letal con tres hombres, que John Murillo definió ante un Romero vencido. 0-1 y a empezar de nuevo.
Entonces, cuando las cámaras de TV se quedaban con el banco de suplentes, donde Darío Benedetto se preparaba para ingresar, llegó el merecido empate. Acuña desbordó una vez más por izquierda, se sacó dos hombres de encima y mandó el centro al área, donde -en un intento por anticiparse a Icardi- Rolf Feltscher rompió el cero de su propio arco.
El reloj ya marcaba 17 minutos. Menos de media hora le quedaba a Sampaoli para conseguir el triunfo. Y fue cuando metió a Benedetto, el goleador de Boca, para oxigenar el ataque. No fue Icardi el que dejó su lugar: el DT eligió la convivencia de dos tanques en el área y que fuera Dybala quien se sacrificara.
Sin embargo, lejos de generar más ataques, Argentina le dio espacios a Venezuela y quedó mal parado atrás. Así se generaron en apenas cinco minutos dos peligrosos tiros libres, que el equipo conducido por Rafael Dudamel no pudo aprovechar: en el primero, Romero atajó con facilidad; en el otro, la pelota no pasó la barrera.
Presionado y sin ideas, Sampaoli apostó por Pastore y sacó al centrodelantero que le sobraba desde el ingreso de Benedetto: Icardi. Pero el cordobés tampoco aportó pausa y claridad ni fue una opción de pase para Messi. El capitán seguía solo y el resto, a la espera de lo que él pudiera hacer. Pero nada hizo.
El tiempo se acabó. Argentina sumó apenas dos de los últimos 9 puntos que disputó (derrota de la Selección de Bauza con Bolivia incluida) y los goles permanecieron esquivos, lo que no ayuda al futuro, ya que la clasificación -en una eliminatoria tan pareja- podría definirse por diferencia de gol.
Con el empate, Argentina quedó con 24 puntos y perdió la gran oportunidad de alcanzar a Colombia. Tampoco pudo aprovechar la oportunidad de alejarse de Chile, el gran perdedor de la fecha al quedar -momentáneamente- fuera del Repechaje.
Fuente: Clarín