Argentina mejora en competitividad, Brasil se estanca y Chile lidera

Argentina mejora en competitividad, Brasil se estanca y Chile lidera

Lo reveló el Foro Económico Mundial. Nuestro país avanzó 12 posiciones desde el último estudio. 

Chile, Colombia, Perú, México y hasta Guatemala, le ganan a la Argentina en el índice global de competitividad, aunque nuestro país subió algunos peldaños en este rubro. De 137 países, en ese requisito se encuentra en el lugar 92; lo que implica un desempeño muy por debajo de la media, aun cuando subió 12 posiciones entre este período 2017-2018 y el anterior, el bienio 2016-2018. Sin embargo, los argentinos están en la vanguardia de América Latina tanto en salud, como en nivel de escolaridad, educación básica y superior.

Brasil está algo mejor que la Argentina en cuestión de competitividad global, al ocupar el lugar 80 del ranking. Pero le deben ese desempeño superior a uno de los puntos que fundamenta la calificación: el tamaño del mercado. En esto los brasileños se encuentran en la posición 10, es decir, en el decenio de mayores plazas mundiales. Esto explica que, pese a todas las dificultades en los otros ítems investigados, el gigante regional no esté casi a la cola.

El indicador es elaborado anualmente por el World Economic Forum sobre 137 naciones de todos los continentes. En el caso latinoamericano figuran también Panamá, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Paraguay, Uruguay, Honduras y Guatemala. Uno de los datos tomados para la confección del índice es el de la “confiabilidad pública en los políticos”. En este asunto, Brasil se lleva las palmas: está en la cola del ranking. “Los políticos brasileños son los menos confiables del mundo”, verbalizó el prestigioso columnista del diario Folha de Sao Paulo, Clovis Rossi. “Y no es una opinión personal ni un mensaje posteado en esa fábrica de maldades que son las redes sociales”, agregó con humor. “Se trata del Foro que reúne, todos los meses de enero en Davos, a la élite económica mundial”. A los argentinos, en cambio, sus fuerzas políticas nacionales les resultan menos negativas, aun cuando en confiabilidad ocupe el puesto 113. Ocurre que Colombia, con un índice de competitividad global superior, tiene una profunda aversión al mundo político, tanto que en ese rubro está bastante debajo de la Argentina, con el lugar 124. En cambio a Chile se lo ve mejor en relación a sus gobernantes y sus representantes: está más arriba de la mitad inferior del ranking.

A la Argentina le va bien en lo que respecto a salud, educación y hasta innovación. Nada que ver con lo que ocurre con Brasil: en este país la calidad de la educación primaria es tan mala que lo lleva al lugar 127 y ni pensar en matemáticas y ciencia en la universidad, donde se encuentra en un puesto todavía peor: el 131. En cambio, Argentina está en ese ítem entre los 33 mejores países.

Como señala el diario Folha en una de sus notas, “bien hechas las cuentas, la gran cualidad brasileña es independiente de la acción de sus gobiernos, del empresariado y de la sociedad: es el tamaño de su mercado, o sea, de su población.” En el caso argentino, se identifican tres grandes problemas: la tasa de interés elevada que aumenta el costo de financiación; el altísimo nivel inflacionario, lo que determina que en el rubro “ambiente macroeconómico” el país toque fondo al colocarse en el lugar 125. No es que a Brasil le vaya mejor, en absoluto. También en ese contexto acompaña a la Argentina al descenso: no logra más que un obscuro lugar 124.

Yendo a otras de las claves para medir la competitividad, el caso argentino muestra atraso en infraestructura (puesto 81); está por debajo de Brasil (en el puesto 73). Pero donde el desempeño de las dos mayores economías del Mercosur está francamente deteriorado es en la “eficiencia de los mercados de bienes”: Argentina en la posición 133 –llegando al punto inferior del ranking- y Brasil no muy lejos, en el 122.

En cuanto los demás elementos de la Argentina la colocan por encima de la mitad de la tabla, en el caso brasileño hay un peso que parece determinante a la hora de tirar hacia abajo la posición de la mayor economía sudamericana. Son cuatro los grandes problemas: acceso a la financiación, burocracia gubernamental ineficiente, insuficiente capacidad de innovación y una fuerza laboral nacional que muestra “poca ética laboral”. Es curioso que en el caso de Colombia el rubro que más pesa en forma negativa, como dificultad para realizar negocios, es la corrupción. Así lo muestra el índice global del World Economic Forum.

Fuente: Clarín

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