Caso Maldonado: afirman que los resultados de ADN estarán en 20 días
Es una pericia clave para determinar si el joven pudo haber sido herido durante un ataque del RAM a una estancia de Benetton.
En aproximadamente 20 días se conocerán los resultados de la comparación de los restos de sangre encontrados en el puesto de la estancia El Maitén, en Epuyén, con la muestra tomada el viernes a la madre de Santiago Maldonado, Stella Maris Peloso. Así lo contaron fuentes de la investigación a Clarín. El informe primero revelará el sexo de la persona, su grupo sanguíneo -entre otros detalles de su portador- y luego se realizará el cotejo con las muestras de familiares para determinar si el joven tatuador fue herido el 21 de julio en el marco de un atentado del grupo extremista Resistencia Ancestral Mapuche (RAM).
Por estas horas la principal hipótesis a nivel oficial es la que podría vincularlo con el ataque incendiario del RAM en Epuyén. Fuentes del caso aseguran que existen cada vez más razones para sostener esta teoría. Hasta el momento el juez federal en Esquel, Guido Otranto, no pudo acreditar la presencia de Maldonado en Cushamen el 1° de agosto pasado. La ropa reunida durante los rastrillajes conserva los aromas de tres personas, lo que abrió dudas sobre su valor como prueba. Los interrogatorios individuales a manos de especialistas a todos los agentes de Gendarmería Nacional participantes, durante el operativo en el campo ocupado por los mapuches, no habrían arrojado contradicciones. Afirman que todos coincidieron en que no hubo detenidos ese día.
En este contexto, la Justicia intenta avanzar para confirmar o descartar la posibilidad de que el joven tatuador haya sido parte de la acción del RAM.
Un teléfono adjudicado a Maldonado dejó de funcionar alrededor de 16 horas del 21 de julio en el área de Epuyén. El ataque fue a las 2 de la madrugada ese día. El puestero, Evaristo Jones (45), dijo en su denuncia policial que le asestó un cuchillazo a uno de ellos, hiriéndolo al punto de que observó desde el piso como caían gotas de sangre de entre sus ropas. Hasta mancharon la camisa de Jones. Recientemente el puestero aligeró su versión de los hechos explicando que no había herido gravedad al enmascarado que entró a su casa. Sin embargo, fuentes de la provincia de Río Negro y de la investigación confirman que Jones le relató a sus conocidos que le asestó dos cuchilladas al miembro del RAM y que una de ellas ingresó hasta el mango de su cuchillo. El baqueano, explican, habría cambiado su versión para no quedar imputado por un homicidio en defensa propia.
Esa misma madrugada, dicen fuentes oficiales, una persona recorrió casas de Esquel solicitando con urgencia gran cantidad de gasa. En este momento, se investiga la identidad de un médico de la zona que habría atendido a un herido entre la madrugada y la mañana del 21 de julio. Los expertos creen que esto explicaría porque el teléfono dejó de operar en la zona: si fue Maldonado, ya no pudo moverse del lugar.
Una alta fuente de Gendarmería Nacional le insistió a este diario que el 1° de agosto no sólo que no hubo detenciones sino que tampoco se registraron reclamos a lo largo del día por la ausencia de Maldonado de parte de los mapuches. Alrededor de las 17, los efectivos permanecían a la entrada del Pu Lof levantando el acta correspondiente y ninguno de los ocupantes preguntó por la detención del joven. “Había gente haciendo fotos, riéndose, charlando, ni uno solo nos dijo algo sobre él”, subrayó.
“Nosotros no sabemos dónde está Santiago Maldonado”, dijo la autoridad de la fuerza. “Ese día no detuvimos a nadie, no hay registros, ningún comandante recibió el aviso de que una persona había sido detenida. Había tres escuadrones en el operativo, más de 50 personas en el área, es imposible hablar de una red de silencio, de un pacto, alguien hubiera hablado”, explicó.
“No ingresamos al campo para matar a nadie, ninguno de los comandantes, algunos de ellos condecorados y con misiones de paz en varios países, iba a poner en juego su carrera en una acción como esa. Hay gente que no lo cree pero yo y los demás fuimos preparados para otra cosa, para resguardar la seguridad y trabajar por la gente, no para matar o hacer desaparecer personas”, sigue la fuente.
Un nuevo informe detalla, finalmente, que no se encontraron cascos de 9 mm en todo el predio de Cushamen. “Si se hubieran usado 9 mm habría heridos graves y cascos”, apunta definitiva una fuente.
Fuente: Clarín