Diez datos para entender la disputa entre Cataluña y Madrid
El conflicto entra en una fase de consecuencias imprevisibles con el referéndum separatista, pero ya tiene una larga historia. Las claves para entender un enfrentamiento que amenaza con hacer explotar a España
No es fácil encontrar otro país en el que haya una rivalidad tan arraigada entre dos regiones, las dos más importantes del país. El enfrentamiento entre Madrid y Cataluña tiene raíces tan profundas que cuesta creer que durante tanto tiempo hayan podido ser los pilares de España, un país que, sobre todo desde el final de la dictadura franquista hasta la crisis de 2008, fue indudablemente exitoso.
Eso podría empezar a cambiar irremediablemente con el referéndum separatista de este domingo. El gobierno autonómico catalán decidió avanzar con la consulta a pesar de que la Justicia la declaró ilegal y de que la administración central, a cargo de Mariano Rajoy, se mostró dispuesta a usar la fuerza pública para impedirlo. Pase lo que pase a partir del lunes, no será sencillo sanar las heridas abiertas en estos meses.
Para comprender cómo se llegó a esta crisis, en la que las dos partes parecen capaces de ir hasta las últimas consecuencias con tal de imponerse, y en la que ninguna tiene la capacidad de situarse en el lugar de la otra, es necesario ir a los antecedentes y a los números que ilustran esta relación tan compleja. A continuación, los diez datos que explican lo que hay detrás de la disputa entre Cataluña y Madrid. Cinco se refieren a la realidad económica, y otros cinco a la historia.
Un poco de economía
Riqueza
Con un PIB de 250 mil millones de dólares, Cataluña es la región más rica de España en términos nominales. Ése es uno de los principales argumentos de los independentistas para decir que les iría mejor siendo un país autónomo, ya que no tendrían que compartir con el resto de España sus riquezas. Esto también explica que el gobierno de Rajoy no esté dispuesto a perder una fuente de ingresos tan importante. Sin embargo, si se tiene en cuenta que Cataluña es, con 7.5 millones de habitantes, la segunda región más poblada, hay que decir que no es estrictamente la más rica. Su PIB per cápita de 33.772 dólares está por debajo de Madrid (38.654), del País Vasco (37.570) y de Navarra (35.210).
Exportaciones
Con exportaciones por 75 mil millones de dólares, Cataluña es, con mucha ventaja, la región que más vende. La que más se le acerca es Madrid, con 33 millones, bastante menos de la mitad. No tener que compartir esos impresionantes recursos es una de las ambiciones que más alimenta al separatismo catalán. Claro que la salida de España implicaría también la salida de la Unión Europea, lo que podría afectar gravemente el comercio.
Inversión extranjera
A pesar de su notable rendimiento en materia de exportaciones, y de su pujante economía, Cataluña está lejos de ser la región que recibe más inversiones extranjeras. Madrid sola concentra el 46,7% del total, más del doble que la segunda, el País Vasco, que recibe el 20,7 por ciento. Los 1.000 millones de dólares que se invierten en tierra catalana representan apenas un 18,9 por ciento. Las autoridades económicas están convencidas de que siendo independientes podrían volverse un destino mucho más atractivo.
Desempleo
Con una desocupación del 13,2%, no se puede decir que Cataluña esté exenta de los problemas que tiene España con su mercado de trabajo, pero sí que está mejor, ya que la media nacional es de 17,2 por ciento. Eso significa que parte de sus recursos podrían terminar subvencionando las ayudas sociales que reciben los desempleados de otras regiones. Por otro lado, la aspiración de las autoridades catalanas es, en caso de independizarse, tener la autonomía necesaria para hacer reformas que le permitan dinamizar aún más la creación de trabajo.
Deuda
A pesar de sus ingentes recursos, Cataluña es la región más endeudada del país. Y su principal acreedor no es otro que el estado español. Este viernes se conoció que el monto total que le debe asciende a 62 mil millones de dólares. No está claro quién pasaría a financiarle el abultado déficit fiscal que tiene en caso de que se concrete la secesión. Pero el gobierno de Carles Puigdemont podría usar este dato en su favor: en algún momento insinuó que podría dejar de cumplir con sus compromisos con la banca española si no le permiten realizar el referéndum.
Un poco de historia
El levantamiento de los segadores
A comienzos del siglo XIV, lo que entonces era el Principado de Cataluña fue anexado por Aragón. Un siglo más tarde, esta corona se unió a la de Castilla por el matrimonio de los Reyes Católicos, Fernando II e Isabel I, lo que implicó la unificación de lo que hoy es el territorio español. En pleno siglo XVII, cuando España entró en guerra con Francia, las duras condiciones impuestas a los catalanes llevaron a una revuelta protagonizada por segadores el 7 de junio de 1640. Así comenzaron los primeros intentos de independencia de Cataluña, que fueron aplastados en los años siguientes.
La Guerra de Sucesión Española
El conflicto se desató en 1701 con la muerte de Carlos II de España, último representante de la Casa de Habsburgo, que no dejó descendencia. Cataluña apoyó a los Habsburgo, pero la guerra terminó en 1713 con el triunfo de los Borbones, lo que instauró una nueva dinastía en el país. A partir de ese momento, Cataluña perdió su autonomía y se impuso el castellano como lengua oficial.
La Guerra Civil
La Segunda República Española, fundada en 1931, abrió un nuevo capítulo para los catalanes. El Congreso aprobó al año siguiente el Estatuto que le devolvió buena parte de la autonomía perdida. Sin embargo, el intento de golpe de Estado perpetrado por el Ejército en 1936 abrió la etapa más oscura de la historia española, la Guerra Civil. Cataluña fue el principal bastión republicano, pero el triunfo del general Francisco Franco en 1939 terminó con sus aspiraciones autonomistas.
El Franquismo
Cataluña sufrió especialmente la dictadura que controló el destino de España hasta la muerte de Franco, en 1975. Además de suprimir todas las libertades civiles y políticas, y de derogar todas las instituciones autonómicas, el régimen reprimió con particular encono la cultura catalana. Por ejemplo, se prohibió la enseñanza y el uso del catalán, y se impuso el castellano como única lengua.
El Estatuto
Cataluña volvió a tener en 2006 un Estatuto de autonomía, norma suprema a nivel regional, que fue aprobado por el Parlamento español. El texto recogía parte importante de las demandas autonomistas de la dirigencia catalana. No obstante, el Partido Popular de Rajoy pidió que se lo declare inconstitucional. El 28 de junio de 2010, en un fallo dividido, el Tribunal Constitucional declaró la inconstitucionalidad de 14 artículos. Los catalanes expresaron su rechazo con masivas movilizaciones en los días siguientes. Así comenzó el conflicto que fue escalando hasta estallar en la crisis actual.
Fuente: Infobae