El dólar, los arrepentidos y la dinámica de la incertidumbre
El Banco Central busca contraer la cantidad de pesos pero no alcanza para encauzar el ánimo de los inversores.
El mercado sacó una cuenta fácil: el Banco Central necesitará US$7.000 millones para desactivar el stock de Lebac desde ahora hasta fin de año.
El dato genera visiones contrapuestas. Para unos, resulta una cifra manejable; para otros, una enormidad. Pero, para todos, forma parte de la nebulosa en que se desenvuelve el programa financiero del Gobierno.
El jefe del Central, Luis Caputo, consiguió en los últimos tres días serenar algo las aguas del mercado cambiario con un dólar que se instaló en torno de los $30, pero en un contexto en el que por un lado se liberan pesos por los vencimientos de las Letras del Central y, por el otro, el Central absorbe pesos subiendo los encajes.
Todo parece a prueba y error, aunque ahora dentro de un andarivel más definido con centro en la contracción monetaria dejando que la tasa de interés suba hasta donde el mercado lo defina.
La trepada del dólar de los últimos sesenta días empezó a derramar con fuerza su dinámica sobre los índices de precios y la inflación del 3% mensual en estos días pasó a ser moneda corriente.
El concepto “dinámica” se fue adueñando también de la economía, viniendo de la catarata de arrepentidos (ex funcionarios , empresarios y financistas) que están declarando en estos días en la Justicia.
El efecto de los “cuadernos de las coimas” empezó a derramar desconfianza en torno a cómo seguirán los contratos de las obras públicas ya vigentes y su relación con el mundo financiero. ¿Habrá que pensar una suerte de blanqueo de contratos y empresas para posibilitar un nuevo despliegue de la obra pública?
Parece prematuro, dicen en el Gobierno, pero nadie se arriesga a vislumbrar un remanso. La dinámica que desataron los “cuadernos” está en pleno desarrollo y el presidente Macri mantiene el tema en alto al decir el jueves ante los principales empresarios de la Argentina: “Hay que terminar con los comportamientos mafiosos. Si alguno se encuentra con un pedido indebido, acá tienen un Presidente al cual acudir”.
Macri habló en el encuentro anual de AEA. (Presidencia)
Pero esa puerta, en el corto plazo, deja entrar un vendaval sobre toda la actividad relacionada con la obra pública y los contratos con el Estado.
Mientras tanto, la inflación impacta de lleno en la baja del consumo y el dato de la suba del índice mayorista de julio (4,7% que marca 47,1% en doce meses) proyecta para este mes otro aumento del costo de vida superior al 3%.
El año aparece jugado en materia de inflación (hay pronósticos que la ubican arriba de 32% para el año) y en caída de la actividad económica.
Del otro lado de ese flanco negativo aparecen datos alentadores sobre la próxima campaña del trigo y las posiblidades de mejora de la producción energética de la mano de Vaca Muerta.
El viernes, otro día de baja en las acciones argentinas que cotizan en el mercado internacional, se disparó el precio del trigo por el anuncio de Rusia de que podría cortar sus exportaciones ante la baja de la producción. Y también, por la sequía en Australia, el trigo trepó más 3% y le dio una pincelada de optimismo a los productores argentinos.
Los exportadores tienen sus esperanzas atadas al cálculo del economista Ricardo Arriazu que se resume en que la caída de US$7.500 millones que provocó la sequía este año se podría trasformar en una mejora de US$11.500 millones el año que viene si el trigo y la lluvia lo determinan.
También los “optimistas” siguen de cerca la proyección de una fuerte baja del déficit fiscal medido en dólares para 2019. Es del orden de los US$20.000 millones, una rebaja importante que aparece, por ahora, en los papeles.
El peso argentino está a la cabeza de las devaluaciones latinoamericanas en lo que va del año y sus consecuencias se están haciendo sentir con fuerza deprimiendo la actividad económica. Y la dinámica judicial de los cuadernos y la pelea política contribuyen a mantener el corto plazo dentro de una neblina muy espesa.
Fuente: Clarín