Hace 48 años partía “la balsa del sexo”, el experimento más loco de la historia

Hace 48 años partía “la balsa del sexo”, el experimento más loco de la historia

Una precaria barca con 5 hombres (entre ellos un sacerdote) y 6 mujeres cruzaron de España a México en 101 días donde sucedió de todo.

Fue en 1973. Eran 11 desconocidos que hicieron la ruta entre el puerto de Las Palmas, en España, y México. El experimento, llamado Acali, quería analizar la situación de 11 personas, entre ellos un sacerdote, en situaciones límite.

Este viaje buscaba teorizar sobre las conductas y la violencia entre un grupo de personas expuestas a la inestabilidad del mar. Por eso, la prensa europea de la época lo denominó como el barco del sexo.

El aviso que buscaba a los 5 hombres y 6 mujeres que subirían a la balsa del amor.El aviso que buscaba a los 5 hombres y 6 mujeres que subirían a la balsa del amor.

Entre los integrantes del experimento al frente estaba el investigador y antropólogo gallego Santiago Genovés, fallecido en 2013, que formó parte de la tripulación del explorador noruego Thor Heyerdahl.

La barca en plena travesía (Captura de video).La barca en plena travesía (Captura de video).

La embarcación fue creada por el propio Santiago Genovés y llevaba 5 toneladas de alimentos y agua en sus siete metros de ancho por 12 metros de largo. Se movía a vela y solo necesitaban viento.

El investigador conocía como las respuestas en situaciones límite por su experiencia en el Pacífico con Heyerdahl al tratar de demostrar, en una balsa de troncos, que fueron nativos americanos y no los europeos quienes primero poblaron la Polinesia.

Las necesidades de la tripulación eran visibles. Se buscó que la mayor parte de los participantes estuvieran casados y con hijos menores. Respondieron en la travesía un total de 46 cuestionarios que generó 8.079 respuestas.

Santiago Genovésen la barcFue el credador de la idea.Santiago Genovésen la barcFue el credador de la idea.

Llegaron a Cozumel pasados los 101 días. En México, cada viajero fue observado por psiquiatras, psicólogos y médicos.

Estos estudios que siguieron al viaje no darían ningún resultado reseñable, al contrario de lo que pensaba Genovés. En su libro Acali, publicado en 1975, el antropólogo consideró haberse encontrado a un «hombre nuevo» que era «libre de ambiciones territoriales y de impulsos agresivos o sádicos».

Pero en el viaje pasó de todo.

La travesía

La expedición salió de La Palmas rumbo a México el 13 de mayo de 1973 con once personas de once nacionalidades distintas y de cuatro continentes.

Los 11 participantes de la aventura.Los 11 participantes de la aventura.

Además del explorador gallego había una mujer sueca, una médico israelí, un fotógrafo japonés, un restaurador griego, un sacerdote de Angola, una norteamericana blanca, una mujer afroamericana, una mujer argelina, un uruguayo y una mujer francesa.

La mujer sueca tiene ahora 78 años, se llama Maria Björnstam y dice: «El proyecto despertó mi curiosidad pero hubo depresión entre los participantes».

La balsa, llamada Acali, había sido construida por el antropólogo con unas medidas de 12 metros de largo por 7 metros de ancho.

El "baño" del barco.El «baño» del barco.

Una pequeña embarcación impulsada únicamente por una vela y que, sorpresa, tenía solamente una diminuta cabina en la que todos dormirían y compartirían espacio (medía 4 x 4 metros).

¿Hubo sexo? Sí, hubo sexo en la balsa.¿Hubo sexo? Sí, hubo sexo en la balsa.

La cabina también tenía unas pequeñas bodegas para guardar las pertenencias personales. Por delante, toda una travesía sin posibilidad de parar en tierra para cruzar el Océano Atlántico con destino a México.

Genovés había construido un acceso anexo a la balsa desde la que debían hacer sus necesidades a la vista del resto de compañeros.

La prensa nórdica de aquella época llamó al experimento "Sexflotten" (Captura video).La prensa nórdica de aquella época llamó al experimento «Sexflotten» (Captura video).

Genovés impuso que una mujer fuese la capitana de la balsa.

La capitana sueca generó problemas. Rachida, la mujer argelina, era indisciplinada en sus deberes y por esta razón fue apodada por el resto como “la turista”. La mujer procedente de Francia, Zanotti, era acusada de pasarse el día entero arreglándose, razón por la que comenzaba a realizar sus tareas una hora más tarde, la doctora israelí era responsable de la salud de los pasajeros, pero no se preocupaba mucho y al sacerdote de Angola no le gustaba bañarse y generaba problemas que se resolvieron obligándolo a bañarse tres veces al día.

La embarcación llevaba cinco toneladas de alimentos y agua en sus siete metros de ancho por 12 metros de largo. Solamente se movía a vela (Captura video).La embarcación llevaba cinco toneladas de alimentos y agua en sus siete metros de ancho por 12 metros de largo. Solamente se movía a vela (Captura video).

La travesía, a pesar de que los medios de la época decían que era un ambiente liberal, fue un aburrimiento. El antropólogo gallego dejó escrito: «Era un lugar vacío de camaradería lo que estábamos desarrollando a bordo».

Las comidas en el barco.Las comidas en el barco.

En alta mar se produjo un accidente el 13 de julio de 1973 porque se rompió parte del timón.

La votación para el sexo

Pero hubo tres problemas que se resolvieron en votación.

Pasar un día entero desnudos en la balsa. La votación tuvo 6 votos a favor y 5 en contra. ¿Dormir todos juntos? Cuatro a favor, siete en contra. ¿Crear parejas? Dos a favor, seis en contra y tres abstenciones.

Jose María Montero, fallecido en 2013, antropólogo, dijo sobre la conducta íntima en la balsa: «La vida sexual en ese ambiente tan promiscuo no fue lo que la gente se imaginó. Fue pobre y escasa. Cualquiera que haya navegado sabe lo que significa andar en una balsa tan endeble a la que solo le impulsa una vela. Las guardias hay que respetarlas y la intimidad casi no existe».

La barca tenía solamente una diminuta cabina en la que durmieron mezclados los hombres y mujeres.La barca tenía solamente una diminuta cabina en la que durmieron mezclados los hombres y mujeres.

Sin embargo, en la prensa nórdica de aquella época el experimento generó el término «Sexflotten».

Pero sexo hubo. ​El fotógrafo japonés Yamaki y la estadounidense Mary se mostraron muy cercanos desde el comienzo y con una gran conexión, y una de las noches surgió la “chispa del amor” entre ambos en el interior de la pequeña cabina. Y el propio Genovés se convirtió al poco tiempo en íntimo de la francesa Zanotti.

Cuando llegaron a la 13ª semana en alta mar, las dos mujeres estadounidenses llegaron con una nueva idea: sugirieron que durante un período de cinco noches, a un hombre y a una mujer le debían permitir que estuvieran a solas en el interior de la cabina durante una hora. ¿La respuesta del resto? Se rechazó la propuesta.

Sexo hubo, pero no en la proporción que se pensó antes de partir (Captura video).Sexo hubo, pero no en la proporción que se pensó antes de partir (Captura video).

Al llegar a la isla de Cozumel, tras 101 días de viaje, cada sujeto fue aislado en cuarentena del resto y vigilados en un hotel para que no salieran. Durante una semana fueron sometidos a una serie de pruebas con psiquiatras, psicólogos y médicos.

Eran 11 desconocidos que hicieron la ruta entre el puerto de Las Palmas, en España, y México (Captura video).Eran 11 desconocidos que hicieron la ruta entre el puerto de Las Palmas, en España, y México (Captura video).

Los periódicos inventaron historias entre los participantes buscando el componente amarillista de lo ocurrido con el que vender la travesía al público. Pero el experimento fue profético.

Varias décadas después algún productor avispado de una televisión recogería el testigo de los medios de ese curioso experimento que se realizó a bordo del Acali. Daba comienzo así a la larga lista de los llamados reality shows donde la miseria se pagaba a precio de oro. Nacían el Gran Hermano y sus sucedáneos.

Fuente: Clarín