La DGE se ahorró $1.000 millones en un año gracias a aplicar el ítem aula

La DGE se ahorró $1.000 millones en un año gracias a aplicar el ítem aula

Es por la cantidad de suplencias a las que no se tuvo que llamar porque hubo una baja de casi el 40% en el pedido de licencias.

Esta semana se conocerá, probablemente, la sentencia de la Suprema Corte sobre el ítem aula, la medida que la Dirección General de Escuelas implementó en la paritaria 2016 para controlar el ausentismo docente y que el SUTE denunció como inconstitucional. A dos años de su aplicación, la DGE dice que los resultados son evidentes y que si el máximo tribunal sugiere modificaciones las aceptarán en tanto no afecten su efectividad.

«Hoy hay resultados que creo que deben ser tenidos en cuenta», dice el titular de la cartera de educación de la provincia, Jaime Correas. Pero no es él el que tiene los números finos, sino el director general de Administración, Gabriel Sciola, quien maneja los datos duros sobre el ausentismo docente.

Con papeles con gráficos de barras, tablas y fibrones, Sciola muestra cómo cuando asumieron, de un total de 54.000 empleados que tiene la DGE, a junio de 2015, 24.770 estaban con licencias.

«Desde la aplicación del ítem aula, fue estrepitosa la caída y después se ha mantenido, el comportamiento es similar del 2016 a 2017», explica y muestra que en junio de 2016 –toman ese mes como testigo– hubo 16.073 licencias y en junio 2017 hubo 16.498, es decir, cerca de 8.000 licencias menos en promedio respecto de 2015, lo que equivale a alrededor del 40%.

«Cuando llegamos y asumimos, la cantidad de remplazos era de cuatro por un cargo. La docente estaba embarazada, el segundo estaba enfermo, el tercero había pedido otra cosa y había que llamar a un cuarto», señala el director de Administración.

Como, lógicamente, no se puede dejar un aula sin docente, esas licencias implican que se deba llamar a un suplente al que, por supuesto, hay que pagarle por su tarea. «Hicimos una estimación y el Estado en un año se ahorró $1.000 millones en remplazos», afirma Sciola y ante la repregunta, repite: «En un año, de 2015 a 2016, fueron $1.000 millones menos en pago de remplazos, ese es el ahorro del ítem aula, por la disminución de cantidad de días y de cantidad de horas que se pagaron».

Tanto Sciola como Correas dejan claro que ese dinero, que equivale a menos del 10% del presupuesto total de la DGE, es un monto que no es que se guardó, sino que no se gastó. «Esas medidas han permitido meter en caja los números del Estado, esto era déficit. Es ahorro sobre algo que ibas a gastar», afirma Correas.

¿Es mucho dinero? El director de la DGE explica que una escuela «bien hecha y totalmente equipada» necesita de un presupuesto de $100 millones, por lo que con ese dinero que se pagaba en suplencias se podrían construir 10 escuelas.

Análisis político
«Las cifras muestran que no es lo mismo faltar que no hacerlo. Esto sirvió para reconocer a quien realmente está en la escuela y está en el servicio educativo. Antes había mucha gente que no iba y cobraba igual que el que iba», recalca Correas en su evaluación de los dos años del ítem aula.

Afirma que nunca dudaron porque el sistema «es muy simple y creemos que está bien equilibrado».

«Cuando vimos que había que hacer ajustes los hicimos. Vimos que podían ser trabas para esta resolución de la Corte. Creemos que lo que quedó estuvo bien», dice Correas sobre la ampliación que se hizo a los cambios de funciones.

–Usted dice que hay muchos docentes que están de acuerdo, pero no es la sensación general que hay.
–No es esa la sensación general que hay porque los que están en desacuerdo gritan mucho y los que están de acuerdo no se animan a decirlo, temen porque los otros son muy gritones y muy agresivos. Un sindicato que propone ir a escrachar a un funcionario te está mostrando que no es un sindicato que quiere un diálogo. Un sindicato que, frente a la realidad actual, plantea que quiere una recomposición salarial del 50% no tiene los pies puestos sobre la tierra.

–¿El ítem aula les sirvió para volver a gobernar en la educación?
–Durante años, los sindicatos se llevaron a todos los gobiernos por delante, y ellos eran los que cogobernaban y marcaban, pero los resultados no fueron nada buenos. Ahora lo que nosotros hemos planteado es intervenir en el gobierno del sistema. El ítem aula fue una sola medida. Si vos te ponés a pensar, el SUTE empezaba en una discusión salarial del 17% y terminaba obteniendo el 35%.
¿Cuánto era lo real? Ahora Cornejo ve primero cuál es la situación del Estado, entonces los ofrecimientos no son del 35%, se hacen ofrecimientos de ajustes con márgenes chicos y reales.

–¿Por qué cree que la polémica fue tan grande?
–El ítem aula debería haber sido una cosa chica y lo transformaron en algo gigante. Es llamativo que haya alguien que se oponga a que se reconozca a quien va a trabajar. Además, la caída de cantidad de días que no se trabajan es tan grande, que muestra que eso puede ser atribuible a que antes mucha gente que podía ir a trabajar tenía los mecanismos para no ir y no le pasaba nada.

–¿Soluciona los problemas de la educación?
–Como punto de partida, el primer problema de la educación argentina es el ausentismo docente. Si no tenés el hecho educativo sucediendo con los chicos y los docentes en clases, mal podés hacer planes de mejora. Ellos preveían que el resultado iba a ser malo. Nunca contestaron por qué cayeron casi 40% la cantidad de días pedidos, lo único que lo explica es que antes había gente que no cumplía e igual cobraba.

–¿Qué van a hacer si la Corte propone cambios?
–Habrá que verlo y estudiarlo, porque habrá que ver si esos cambios le quitan efectividad a la medida. Por supuesto que siempre hay que prestarle atención. Si se aprueba de manera general, es un gran espaldarazo a una política que generó un efecto. Si encuentran algunos matices, vamos a poder evaluar si le quita efectividad o si está muy bien lo que plantea y lo podemos aplicar.

–¿Ustedes encontraron matices?
–La verdad que no, el efecto ha sido tan bueno que no sé si podemos encontrar otro matiz que no sean los cambios que ya hicimos.

Fuente: Diario UNO 

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