“Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huellas”

“Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huellas”

¿Cómo reconocer la baja autoestima y qué hacer para ayudar a fortalecerla y sanarla? La psicóloga, Clide de Vicente, nos ayudará a reconocer los indicios y nos aconsejará cómo ayudar a tener una autoestima sana y equilibrada.

El ser humano, por naturaleza es un ser social. Nacemos en un entorno sociable, transitamos nuestra vida en ese ecosistema en el que estamos insertos, y las expresiones que, los que nos rodean, tienen hacia nosotros pueden afectar negativamente la percepción que tenemos de nosotros mismos. La autoestima, es una valoración propia de nuestras cualidades y capacidades; puede ser en nuestra manera de ser o nuestro cuerpo y ese juicio se va formando día a día mediante las experiencias que tenemos con el otro y personales.

“Hay veces que podemos estar más afirmativos con lo que sentimos y pensamos, como así también hay días en los que esto puede disminuir. Esto no quiere decir que un día mi autoestima sea alta y al otro baja, porque es un juicio valorativo que hago de mí mismo, pero si es algo que fluctúa”, comenzó explicando la profesional.

Dentro del ámbito en el que crecemos “las expresiones negativas que puedan tener hacia nosotros, el rechazo; los abusos (físicos o emocionales), la discriminación, la pérdida de un ser querido, las redes sociales o los medios de comunicación que nos muestran estereotipos de belleza los cuales uno ve que están lejos de alcanzarse; el desempleo las malas condiciones laborales” logran afectarnos negativamente.

Si bien no todos exteriorizamos de la misma manera lo que por dentro nos pasa, algunas señales de baja autoestima son “sentimiento de tristeza, dificultad en la toma de decisiones, necesidad de aprobación por parte del otro, dependencia de otra persona que puede llegar a tener más poder o autoridad, el miedo a afrontar nuevos desafíos, inseguridad, la autocrítica excesiva, trastorno en la alimentación, las autolesiones, puede darse con lo físico, que están obsesionadas con su cuerpo”.

La falta de amor propio es la característica principal en estos casos, Clide señaló que, “ayudarle, no siempre resulta fácil, porque la persona tiene que modificar, cambiar y transformar esas ideas que tiene de sí mismo” por lo tanto “es importante acompañarlos y contenerlos, porque es probable que esta persona tienda al aislamiento, a quedarse solo, a no querer ser un estorbo. Podemos involucrarlo en tareas, en eventos y actividades a formar parte de nuestras vidas y hacerle notar y saber que es importante para nosotros, que su presencia es importante”.

Otro consejo es “hacer afirmaciones positivas y resaltar las cosas buenas, desde lo emocional a lo físico; ayuda a modificar los malos enunciados que recibió. Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huellas”; también sugirió “pedir su opinión, escuchar y valorarla es necesario. Hacerle notar la importancia de aprender de los errores y no remarcar lo negativo; en caso de hacerlo, ver qué pudo aprender de esa experiencia. Tenemos que tratar de fomentar el amor propio y debemos empezar por nosotros para ayudar al otro”. Pero, en caso de notar síntomas que pueden desencadenar en depresión “sugerir acompañamiento profesional psicológico, como así también que pueda desarrollar la fe».

Respecto del aislamiento por la pandemia, la licenciada manifestó que aquellos con baja estima de sí mismo se vieron mayormente afectados, ya que tuvieron que abandonar un lugar en el que se sentían útiles, como es el ámbito laboral “tuvieron que desarrollar la actividad desde casa, evitando el contacto, en un espacio en el que podía haber una relación de amistad o compañerismo”. Otro de los grupos a los que la pandemia afectó negativamente fueron aquellos que tuvieron que convivir con personas con las que no tenían buena relación y “al salir tenían un escape”. Reveló que muchas “personas accedieron estar con otras que no les hacen bien, pero por la soledad y querer sentirse acompañados aceptaron tratos no tan buenos, se tuvieron que conformar con la compañía de alguien que en otro momento no hubieran elegido” y sentenció, “sin duda el aislamiento ha sido negativo”.

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