Los goles en las redes sociales: cómo harán para detectar su publicación y frenarlos
Fox y Turner tienen los derechos para la transmisión del fútbol nacional por televisión, y esto también alcanza a lo que los usuarios comparten en redes sociales; sólo las cuentas oficiales tienen derecho a publicarlos allí
Con la nueva organización en la transmisión del fútbol nacional por televisión (cuyos derechos están hoy en manos de Fox y Turner) cambia algo fundamental: qué pasa con el contenido que registran y comparten los usuarios.
Ambas compañías adelantaron que al tener los derechos sobre la transmisión de los partidos, consideran que tienen injerencia sobre lo que hacen los usuarios en las redes sociales, y la potestad para pedirle a Facebook o Twitter que eliminen contenido que consideran que fue publicado sin su autorización (algo que ya sucedió, por ejemplo, en el último Mundial).
En Whatsapp sí, en redes sociales no
Los derechos del fútbol se cuidarán celosamente, y la subida a las redes de resúmenes y goles de los diferentes partidos tendrá en alerta tanto a Fox como Turner cuando se desvíen de las publicaciones oficiales en YouTube, Facebook o Twitter. Pero no todo este control será necesariamente un trabajo manual: algunas plataformas tienen sus herramientas de detección automática que ayudan a que el «control» de la viralización sea algo realizable o, al menos, que lo intenten.
Esto no alcanza, por supuesto, a otra realidad: que un usuario grabe un gol o una parte de un partido y lo comparta en forma privada con amigos por el medio que sea (algo que no puede ser rastreado) como un mensajero instantáneo o un sitio privado; a lo que Fox y Turner apuntan es a frenar ese contenido si es compartido en forma pública en las redes sociales para que cualquiera lo vea, en detrimento de consumirlo por los canales oficiales.
Tanto Facebook, YouTube como Twitter utilizan las normas de la Digital Millenium Copyright Act (DMCA) de Estados Unidos, un marco concebido para proteger los espacios virtuales de las responsabilidades que pudieran derivarse de una infracción de derechos de autor. Y así lo aplican en sus contenidos diarios para la notificación y baja.
Obra o propiedad intelectual
Pero, ¿cuál será el límite para la prohibición de la subida de contenidos? La clave, aseguran los especialistas, es entender la diferencia entre la propiedad intelectual y la obra.
La primera se refiere a la puesta y organización técnica. Es decir, a la transmisión de Fox y de Turner, que estará protegida frente a aquellos que pretendan hacer uso de ella, sin previa autorización.
Por otro lado, coinciden, está la obra, algo más «discutible», que en el caso de un partido de fútbol es diferente a lo que pasa con un libro, una canción: hasta que no se juega, no se conoce «el texto ni la letra». «Es algo que acaba de ser creado, que además es un hecho periodístico y de interés público», explican abogados especialistas en derecho digital consultados por LA NACION que pidieron preservar su nombre.
En teoría, esto debería proteger a los que, por ejemplo, grabaron los goles desde el mismo estadio y lo subieron a sus redes; aunque por otro lado, también debe considerarse «el efecto que la reproducción tiene en el valor de mercado de la obra original», algo que podría quitarle «valor de mercado a quienes poseen los derechos del fútbol». La Premier League de Inglaterra mostró su preocupación por este tema desde 2014. El director de comunicaciones fue contundente en aquel momento: «compartir los goles en las redes sociales es ilegal».
La DMCA actúa como marco normativo en estas redes. Entre otras cosas, señala que los intermediarios de internet (plataformas como YouTube, Facebook o Twitter) no tendrán responsabilidad si bajan el contenido ante el mero reclamo del interesado (el titular de los derechos; en nuestro caso, Fox o Turner).
Javier Pallero, analista de políticas públicas en Access Now, explica que si bien la dinámica de las redes es «dar de baja primero y luego preguntar», tiene excepciones para los derechos de autor «siempre y cuando hagas un uso justo : esto es, que cuando de la obra se reproduce, no se obtenga lucro, o que tenga interés público», entre otras. Pallero señala que eso da «margen para subir contenido, pero el problema que una vez que lo bajan y respondés, puede tardar una semana hasta que lo suben de vuelta, por lo que en ese tiempo ya se iría el interés público que tenían esos goles el domingo a la noche».
La biblioteca de Facebook
Facebook tiene su mecanismo para que los propietarios de los derechos puedan decidir cuál es el límite que le ponen a los usuarios que suban imágenes protegidas, ya sea para contenido en vivo o para los videos o imágenes que suban. Para ellos Facebook habilitó un sitio desde el cual, previa autorización, tendrán disponible una «biblioteca de derechos», donde podrán subir imágenes de referencia que servirán para que el sistema compare y busque coincidencias de manera automática (si alguien publica como propia una foto que tiene copyright, un video, etcétera).
«Verificamos cada transmisión de video de Facebook Live contra los archivos de la biblioteca de referencia de Administración de Derechos, y si se produce una coincidencia, interrumpimos el video en directo», explican en la página de la compañía.
Facebook utiliza tecnología de Audible Magic, una empresa especializada en la materia. Lo que hace el software es identificar la «huella» digital de cada contenido que se sube y compararlo con la biblioteca (que crece mes a mes, con una tasa de 250 mil nuevos títulos). «Inmediatamente tomamos medidas contra la infracción de propiedad intelectual y desactivamos las cuentas de infractores frecuentes cuando es apropiado», señalan en la Web.
Los propietarios no necesariamente buscarán bloquear el contenido. En Rights Manager pueden optar por otras opciones. Por ejemplo, dejar que usuarios lo compartan, pero que no lo hagan páginas oficiales de medios, o viceversa. O setear para que sean pocos segundos los que se puedan ver de ese contenido. También podrán seguir de cerca las estadísticas de cómo se está distribuyendo ese contenido.
Otras redes que también utilizan la tecnología de Audible Magic son SoundCloud, Vimeo, Twitch, y DailyMotion.
El Content ID de Google
YouTube utiliza su propia biblioteca, a la que se conoce como Content ID. Los propietarios de contenido deben inscribirse previamente con un formulario. Los videos subidos a YouTube se analizan siempre, se procesan y se cotejan con la base de datos de archivos de Content ID que, al igual que Facebook, tiene imágenes de referencia enviadas previamente por los propietarios del contenido.
A la vez, quienes tienen los derechos decidirán qué es lo que ocurrirá cuando el contenido de un video de YouTube coincida con una obra sobre la que tienen copyright, incluso si ese video es en vivo. La coincidencia puede ser por audio, por videos completos o por partes parciales: todo lo que se sube a la plataforma se compara con los Content ID. Y entonces YouTube actúa según lo definido por el «dueño».
¿Entre qué opciones pueden optar los propietarios de los derechos? Entre bloquear un video completo para que no se pueda ver; monetizarlo a través de anuncios y, en algunos casos, compartir ingresos con la persona que sube el video. O también seguir las estadísticas de reproducción del video. El Content ID de Google analiza 100 años de video por día ( «como si 36 mil personas estuvieran trabajando sin pestañear», explican en un video).
Reclamos en Twitter
Twitter no tiene herramientas de detección automática. Para cada caso, hay que reportar una «violación a los derechos de autor». «Twitter responderá a las denuncias de supuesta infracción a los derechos de autor, como denuncias sobre el uso no autorizado de una imagen con derechos de autor (…) que se hayan cargado mediante nuestros servicios de alojamiento de contenido multimedia o Tweets que contengan vínculos a supuestos materiales infractores», explican en su web.
¿Qué información necesita la empresa para procesar una reclamación de derechos de autor? Piden «una firma física o electrónica (…) del titular de los derechos de autor o de una persona autorizada para actuar en su nombre; la identificación de la obra con derechos de autor que se ha infringido; la identificación del material infractor; información de contacto de quien presenta la reclamación, incluyendo dirección, número telefónico y una dirección de correo electrónico», entre otras cosas.
Twitter puede suspender y advertir a los infractores reincidentes. «Y, en los casos más graves, puede terminar de manera permanente las cuentas de los usuarios», señalan. En el caso de Periscope, sucede algo similar: «Nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que se presume en infracción, sin previo aviso y a nuestro juicio exclusivo. En las circunstancias adecuadas, Periscope también cancelará la cuenta del usuario si se determina que el usuario es un infractor reincidente», explican en sus sitios.
Las empresas estarán monitoreando
Tanto Fox como Turner tendrán un departamento específico dedicado a monitorear lo que ocurra en las redes sociales y la web mientras se jueguen los partidos de la flamante Superliga. Se sumarán auditores externos especializados en el tema. Y en Fox publicaron la búsqueda recientemente de un abogado antipiratería.
Habrá que ver, cuando empiece a correr la pelota, qué es lo que sucede cada domingo. Pero la discusión sobre derechos, los del fútbol y los de los usuarios en las redes sociales recién comienza.
Fuente: Lanacion