Schwartzman no pudo con una Fiera Nadal

Schwartzman no pudo con una Fiera Nadal

El Peque le jugó de igual a igual al 13 veces campeón en París, e incluso le cortó la racha de 36 sets ganados al hilo, pero cada vez que pisó el acelerador, el español sacó diferencias para avanzar a semi.

Por algo Rafael Nadal (3° del mundo) ganó 104 partidos en Roland Garros y perdió solo dos (un tercero no se presentó); por algo ganó 13 títulos en 16 ediciones que disputó. Y por algo sigue ganando, incluso ante una muy buena versión de Diego Schwartzman (10°), que llegó a apretar al Matador e incluso le cortó la racha de 36 sets ganados al hilo desde el 2019. Pero no fue suficiente y el español se quedó con el duelo de cuartos de final por 6-3, 4-6, 6-4 y 6-0 en 2h45. En semi jugará frente a Novak Djokovic (1°) o Matteo Berrettini (9°), quienes se enfrentan a último turno de este miércoles.

Nadal, una fiera (AFP).

Nadal, una fiera (AFP).

La buena noticia de entrada fue que el Peque le jugó de igual a igual al Matador pese al historial de 1-10 que precedía al duelo, incluidos los cuartos del 2018 y la semi del 2020 en París. La mala, que el español se llevó el primer set, 6-3. Hasta el 2-2 cada uno mantuvo su saque pero a Schwartzman le costó más, de hecho debió levantar un 15-40 con un hermoso globo incluido. Ya en «modo Roland Garros», Rafa, campeón 13 veces aquí, le tiró toda la presión al argentino y le quebró para 4-2 con un game feroz de cuatro winners. A la vuelta, el porteño se la devolvió para el 3-4, pero Rafa se conectó de nuevo para desbordar a su rival hasta el 6-3. Había aprovechado una chance más (2-7 en break points contra 1-2 del Peque) y también había jugado más agresivo, yendo seis veces a la red (consiguió cuatro puntos) mientras que Schwartzman siempre se mantuvo en el fondo.

El estadio, con gente.

El estadio, con gente.

Definitivamente la falta de iniciativa había sido el debe del Peque, por lo cual le puso más pimienta a su tenis en el segundo set, consiguiendo seis puntos en la red y hasta un 10-6 en winners. Independientemente de un quedo de Nadal, el hincha de Boca metió contra las cuerdas al del Real Madrid para adelantarse 3-0 con un quiebre y 13-4 en cantidad de puntos ganados. El problema es que pocos le pueden poner el cascabel a Nadal en este torneo, por lo que enseguida volvió a encontrar las líneas y regularidad. El 3-3 fue la consecuencia, y así hasta el final del capítulo, cada uno manteniendo su saque, porque luego de ese regreso de Rafa, Schwartzman volvió a sacar pecho, sobre todo con el «Diego, Diego» que bajaba desde las tribunas. Hasta que llegó el 4-5 y 30-40 con el saque de Nadal, punto que el español jugó como un amateur tirando un drop larguísimo cuando tenía al Peque desparramado en el fondo. Por supuesto, el argentino, que las corre todas, llegó, y luego el manacorí intentó un globo, también muy largo, para que llegara el 6-4. A Rafa, así, se le cortaba una racha de 36 sets ganados al hilo en Rolanga; quedó a seis del récord del sueco Bjorn Borg.

E el tercero,. ambos ajustaron sus saques y no permitieron break points. Nadal no necesitó segundos saques en sus primeros tres games y Schwartzman, apenas tres. Desde esa fortaleza, con saques de 170 km/h promedio para el Peque y 179km/h para Rafa, fueron ganando sus games. Pero… después de otro game furioso de Rafa (como en el primer set), ganado en cero en apenas 2m33 y bien enchufado, el envión le sirvió para el 15-40 posterior -primeros break points del set- atacando con su derecha invertida incluso cuando estaba parado dos metros detrás de la linea de fondo. Al cabo, con dos globos incluidos de cada lado, el español quebró tras un rally de 14 golpes en el punto. Al game siguiente, también en cerro, cerró el set.

La decepción del Peque (AFP).

La decepción del Peque (AFP).

Schwartzman sintió que se había perdido de subir al tren que, ahora, manejaba Rafa a voluntad. Mientras el Peque bajó su rendimiento, el de Nadal subía para no dejar espacio donde se pudiera meter su amigo argentino. En la cancha, se sabe, Nadal es una Fiera que, cuando huele sangre, ataca vorazmente. Al ver que el porteño había sentido el golpe, el español fue a buscar el nocaut y se adelantó 4-0 perdiendo solo dos puntos. Y si bien Schwartzman lucho en su siguiente game al saque, no lo pudo sostener. El 6-0 fue inevitable. 

Fuente: Olé

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *