«Abuelos vip» en un domingo injusto

«Abuelos vip» en un domingo injusto

Azorado por la noticia del día que involucra a un médico y a los dueños de un geriátrico, por el manejo irregular de unas vacunas que el profesional ofrecía a sus allegados por un grupo de Whatsapp, pongo el foco en un aspecto que ha pasado inadvertido en esta lamentable anécdota.

Quienes acudieron a la convocatoria del vecino médico y con absoluta buena fe fueron a aplicarse las vacunas, fueron 3 personas mayores de 70 años (2 masculinos y 1 femenino) y uno de 40 y pico que los llevó porque no tenían movilidad propia para llegar; los mismos casi llegando a la medianoche todavía permanecían detenidos sin que se les atienda en función de las necesidades que son propias de su edad.

Según tomamos conocimiento desde el diario, de los 3 adultos mayores detenidos, uno de ellos es el jardinero de la calle San Isidro y los 2 restantes un matrimonio, que de igual manera que el jardinero, honraron lo que caracterizó a esa generación, creer en la palabra.

Ahora lo que nos preguntamos desde el Diario, a partir de la evidencia de los hechos es: ¿La Justicia no trabaja los domingos?

Frente al cargo que se les pueda hacer a estas personas por sus responsabilidades penales o correccionales, ¿Nadie advirtió que por razón de su edad debían ser liberados rápidamente? Esto, sin perjuicio de que puedan ser citados posteriormente a asumir sus responsabilidades en el proceso.

Abruma la falta de sensibilidad en estas cuestiones. Argumentarán los ayudantes fiscales que están desbordados de trabajo, y quizás tengan algo de razón, pero no era justo para esos vecinos, víctimas de su ingenuidad. tenerlos todo el domingo encerrados en calabozos hacinados por algo que bien podía ser resuelto rápidamente.

Nada impedía que aplicando un poco de inteligencia práctica (sentido común) se les tomara la declaración informativa correspondiente y se los largara para que pudieran aliviar la situación de personas que ostensiblemente están muy lejos de vincularse con el mundo del delito. Por su edad ya deberían haber estado vacunados, sin necesidad de esta grosería.

Ojala los jóvenes ayudantes fiscales puedan comprender que los ancianos merecen nuestro respeto;  por más que se les endilgue un error o un accionar reñido con la Ley. Mientras no se pruebe lo contrario, son inocentes según nuestra Constitución Nacional y así deberían ser tratados.

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