Versiones cruzadas sobre el asesinato de Diego Román, el futbolista de 12 años

Versiones cruzadas sobre el asesinato de Diego Román, el futbolista de 12 años

ANTA FE.- Mientras la familia de Diego Román, el futbolista de 12 años asesinado de 30 puñaladas en la vecina ciudad de Recreo, niega que haya sido el final de una cuestión intrafamiliar, centenares de personas acompañaron esta tarde sus restos hasta el cementerio municipal. Durante el velatorio, diferentes versiones circularon cerca de la sala donde los vecinos le daban su último adiós, en un caso transformado en comentario obligado no solo en ese lugar sino en gran parte del país.

El jueves encontraron muerto a Diego cerca de la medianoche en un descampado que está situado a pocas cuadras de su domicilio. Sin embargo, para la fiscalía fue atacado en otro lugar y después fue arrojado allí. Lo vio un grupo encabezado por el presidente del Club Social Central Oeste, Jorge Vicente, donde el niño jugaba al fútbol.

«Lo encontramos en un cruce de alambrado de campos. Hicimos un rastrillaje por zonas con la policía y lamentablemente fuimos nosotros los que lo encontramos, estaba desnudito y la ropa al lado», afirmó Vicente. El directivo explicó que había visto a Diego por última vez el martes, cuando fue a entrenarse al club.

«Se dice que había discutido con la madrastra y se escapó. Los otros chicos dicen que cuando la madrastra lo fue a buscar, él se fue para el lado del campo, donde hay una canchita», agregó Vicente, quien sostuvo que la víctima no le comentó que tuviera problemas en su casa. Si bien comentó que los padres no iban a verlo jugar como lo hacen otros, señaló: «El chico nunca esbozó nada, nadie se puede imaginar que viviera en un entorno violento».

La versión del padre y la madrastra

En tanto, la madrastra de Diego, Ileana, de 30 años, declaró durante varias horas en la fiscalía que se hizo cargo del caso, al igual que Julio Román, el padre del chico. «Lo buscamos desde las tres de la tarde hasta las once de la noche, sin respuesta. Nadie nos decía nada. Tiene 12 años, ¿quién va a querer matar a un nene? No sabemos de dónde pudo venir esto», indicó la mujer.

El padre de la víctima dijo que «no tiene explicación» de lo sucedido y que tanto la policía como la fiscalía «tienen dudas» sobre él y su mujer. Por ese motivo, realizaron un allanamiento en su casa tras el hallazgo del cuerpo.

«Yo no pude hacerle eso a mi hijo, pero nos tienen en vista todavía, no descartan nada», afirmó Román, quien negó que Diego tuviera una mala relación con su madrastra y sostuvo que cuando él desapareció ambos estaban en Santa Fe porque había ido al Hospital Cullen, a atenderse por una dolencia en la pierna.

Además, agregó que le llamó la atención que, mientras estaban buscando a su hijo, un amigo del niño le avisó que la mochila y la campera de Diego estaban en su casa porque las había dejado allí mientras estaban jugando y luego se había ido. Lo encontraron muerto a dos cuadras de esa casa.

«¿Cómo le van a hacer eso?», se preguntó el hombre entre lágrimas y advirtió que la familia de su exmujer le está echando la culpa de lo sucedido y que, por eso, pidió custodia policial.

Según los primeros peritajes realizados por la Policía de Investigaciones (PDI), Diego estaba desnudo y presentaba al menos 30 puntazos en distintas partes del cuerpo, además de tener sus genitales cortados. Por el momento no hay detenidos y el fiscal investiga distintas hipótesis del asesinato, entre ellas si había episodios de violencia en la familia.

Para el fiscal de la Unidad Especial de Homicidios, Andrés Marchi, el crimen fue cometido en otro lugar y luego abandonado en el sitio donde fue hallado. De acuerdo con los estudios preliminares, el homicidio fue aparentemente cometido entre 12 y 24 horas antes del hallazgo.

La versión de su hermana

Por su parte, Juliana, la hermana de la víctima, comentó a diferentes medios que la noche del miércoles pasado Diego «durmió en unos cajones, con una lona, porque lo echaron» de la casa. Además, dijo que era maltratado por su padre y su madrastra. «Mi hermano se escapó por culpa de mi papá y la mujer porque ellos le pegaban y lo maltrataban. Yo viví con ellos, sé lo que es que te maltraten y te peguen», relató la adolescente de 16 años.

«Me fui de esa casa, no quise vivir más con ellos», respondió ante una consulta. Y prosiguió: «Diego le contó a sus amigos que le pegaban, y ellos me contaron a mí. Él se llevó ropa antes de ir a jugar a la pelota porque ella [la nueva pareja de su padre] lo corrió de la casa», detalló.

La versión de la madre

María Cardozo, quien reside en la localidad de Alejandra, al norte de la provincia, dijo que el padre nunca le avisó sobre la desaparición de su hijo. Y acusó a su expareja y a la madrastra por maltrato. «La verdad es que el padre nunca me llamó, me enteré por redes sociales de mis amigos. Desde que me separé me prohibió ver a mis hijos. Yo me fui a vivir a Alejandra, venía a Recreo y solo lo observaba cuando jugaba al fútbol en la canchita del barrio y de lejos porque no podía entablar una conversación con él».

María, insistió contra su expareja y dijo que se enteró que Diego tenía pensado escaparse de la casa porque estaba cansado de la situación que atravesada cotidianamente. «Los culpables tienen que pagar por lo que hicieron con mi hijo. No quiero que haya otro Dieguito», enfatizó.

FUENTE: LA NACION

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