Viajar a Dubai y terminar preso por una ofensa menor

Viajar a Dubai y terminar preso por una ofensa menor

 Un electricista escocés de nombre Jamie Harron, de visita en Dubai como turista, fue sentenciado a tres meses de cárcel por tocar a un hombre en un bar.

Un trabajador australiano de ayuda humanitaria que vive en Dubai, Scott Richards, fue encerrado por tratar de recaudar dinero para comprar frazadas para niños afganos, porque no pertenecía a un organismo de caridad reconocido.

Dubai, uno de los siete Emiratos Árabes Unidos, se describe a sí mismo como amistosa con los extranjeros. Sus promotores afirman que es el cuarto destino turístico más visitado del mundo y tiene al menos 12 veces más residentes extranjeros que ciudadanos.

Sin embargo, un sistema legal basado en una interpretación de línea dura de la ley de la Sharia lleva a los extranjeros a prisión por ofensas que pocos occidentales imaginarían siquiera que son delitos. Ejemplos recientes incluyen tomarse de las manos en público; publicar elogios en Facebook para un organismo que se opone a la caza de zorros; beber alcohol sin licencia y compartir una habitación de hotel con una persona del sexo opuesto (que no sea su cónyuge).

La mayoría de las veces, las autoridades de Dubai hacen de la vista gorda cuando se trata de tales comportamientos por parte de extranjeros. Los hoteles no piden a las parejas sus actas de matrimonio. Dubai tiene una vida nocturna animada, con numerosos bares gay y centros nocturnos donde prostitutas europeas orientales abiertamente solicitan clientes.

Sin embargo, la cohabitación es un delito, la homosexualidad está sujeta a la pena de muerte (aunque en raras ocasiones es impuesta) y la prostitución puede ser castigada con latigazos y cosas aún peores.

Incluso la víctimas de delitos pueden ser acusadas de ofensas a la moral: gays que reportan agresiones han sido encarcelados junto con sus agresores, y las mujeres que denuncian haber sido violadas pueden ir a prisión por adulterio si no tienen a cuatro testigos masculinos que respalden su versión.

Radha Stirling, una abogada británica, dice que ha representado a cientos de occidentales que han sido apresados en Dubai por conducta que por lo general es permitida allí.

“Vas allí y su fachada es que todo esto es legal, todo el mundo lo hace y piensas que está bien”, dijo Stirling, que opera un grupo con sede británica, Detained in Dubai, que publicita tales casos. “Pero si ofendes a alguien a ti sí te castigan”.

Dos casos recientes, ambos manejados por Stirling, han causado ira generalizada en Gran Bretaña, que tiene más nacionales viviendo en Dubai que cualquier otro país occidental.

Harron, el electricista escocés de 27 años, fue arrestado y sentenciado a tres meses de cárcel por indecencia pública por presuntamente tocar la cadera de un hombre cuando lo rozó al pasar en un bar abarrotado. Y un hombre británico de Leicester, Jamil Ahmed Mukadam, de 23 años, enfrenta juicio por mostrarle el dedo medio a un conductor de Dubai que él dijo manejaba muy pegado a su auto.

Mukadam, un consultor informático, está libre bajo fianza sin su pasaporte y a la espera de juicio. Podría enfrentar seis meses de prisión si es encontrado culpable de hacer un “ademán obsceno”. Mukadam dijo que había visitado Dubai a menudo con su esposa y que le gustaba la ciudad, pero que no planea regresar. “No volvería a poner un pie aquí”.

Algunos ciudadanos de los Emiratos reconocen que sus leyes no se han mantenido en sintonía con una sociedad cambiante. “Las leyes en general están hechas para adaptarse a las necesidades de la sociedad”, dijo Essam Tamimi, un abogado de Dubai, “y los Emiratos, al igual que la mayoría de los demás países, aún tiene que hacer cambios”.

David Haigh, ex director administrativo del equipo Leeds United Football Club y socio en la firma legal de Stirling, se había visto inmiscuido en una disputa de negocios con un banco de Dubai que tenía una participación en el equipo. Dijo que fue llevado mediante engaños a Dubai para resolver sus diferencias, luego lo encarcelaron por abuso de confianza.

“El 90 por ciento de la población infringe la ley el 90 por ciento del tiempo y nadie hace nada contra ellos hasta que molestan a la persona equivocada y son arrestados”, dijo Haigh, que pasó 22 meses en la cárcel, respecto a Dubai.

La publicidad intensa a menudo ha ayudado a resolver casos.

“El gobierno de los EAU es simplemente una enorme entidad de relaciones públicas”, afirmó Stirling. “Si creen que un caso va a perjudicarlos, el gobierno hablará con la policía y hará que retiren los cargos”.

Fuente: Clarin

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