El proyecto de Theresa May para el Brexit desata una tormenta política en Gran Bretaña

El proyecto de Theresa May para el Brexit desata una tormenta política en Gran Bretaña

Documentos filtrados al diario The Guardian revelaron los planes de la primera ministra, que busca restringir la libre circulación de los europeos y controlar fuertemente la inmigración. Duras críticas de empresarios y del alcalde de Londres.

Una serie de documentos de 82 páginas, filtrados al diario británico The Guardian, ponen al descubierto el «Hard Brexit» que la primera ministra británica Theresa May y su gobierno realmente piensan. Hasta ahora era el secreto mejor guardado del reino, en medio de las pastosas y frustrantes negociaciones con la Unión Europea por el divorcio con Reino Unido. Dejó en evidencia que finalizarán con “el libre movimiento” de europeos y “recuperarán nuevamente el control” de la inmigración proveniente de la UE. Una decisión que solo va a complicar aún más su vínculo con Bruselas y postergará su sueño de comenzar a negociar un acuerdo de libre comercio en octubre próximo, ante la furia de los europeos.

En el corazón de esta propuesta secreta de May se esconde su ambición de quebrar el vínculo entre inmigración temporaria de los países europeos hacia el reino y el derecho a residir permanentemente en Gran Bretaña.

El documento es claro: finalizará el libre movimiento de europeos como hoy está establecido por los miembros de la UE. Sus ciudadanos, salvo que sean altamente calificados, perderán los derechos a vivir permanentemente en Gran Bretaña, como hasta ahora. Podrán convertirse en trabajadores temporarios con un permiso de trabajo, que no sobrepasará los dos años. Los médicos, banqueros y científicos nucleares tendrán un permiso hasta cinco años. El objetivo es forzar a las empresas a contratar una fuerza laboral británica. Cuando esos permisos deban ser renovados, ya existirá una nueva política migratoria británica. Ella incluirá una cuota o limite a los trabajadores sin suficientes calificaciones. Para muchos de ellos, la puerta se cerrará definitivamente.

En otra decisión que viola la legislación de la Corte Europea de justicia, de la que el reino quiere irse, se van a restringir los derechos de una familia europea para vivir en Gran Bretaña. Pos Brexit, solo podrá residir el marido, la mujer o pareja, sus hijos hasta 18 años y dependientes adultos. Más allá de esa edad, los hijos no podrán residir allí. Aplicarán sobre los ciudadanos europeos la misma cláusula que se usa para que un marido británico pueda hacer ingresar su esposa no europea al reino: deberá ganar 18.600 libras esterlinas (24.600 dólares anuales).

Ante la imposibilidad de generar un caos mayor en sus fronteras, los europeos no necesitarán una visa especial para entrar a Gran Bretaña. Pero los europeos que lleguen a vivir a Gran Bretaña deberán registrarse después de 3 a 6 meses con un permiso de residencia biométrica, en la que se va a exigir huellas digitales. Hasta ahora, el reino se había negado a imponer cédulas de identidad a sus ciudadanos y a los residentes. También los europeos deberán chequearse en la policía, como sucede en países como Hungría con los inmigrantes.

Este “draft” (borrador) de trabajo enfureció a la industria británica, a las grandes empresas y al servicio británico de salud (NHS), donde el 10% de los médicos y 4% de las enfermeras son europeos. La construcción, la ayuda social, la agricultura, la hotelería, bares, industria de catering y restaurantes necesitan al menos 100.000 inmigrantes anuales.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan, aseguró que “este es un plan sobre cómo estrangular la economía”. Con él coincidió la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon. Los diputados laboristas, como Yvette Cooper, se preguntaron para qué entonces la ministra del interior pidió evidencias a la comisión que ella preside para construir una nueva política migratoria.

Pero la peor reacción fue en la Unión Europea. Elmar Brok, el diputado europeo alemán que es uno de los oficiales de la negociación del Brexit, le advirtió a Theresa May que “este documento solo va a aumentar la desconfianza en un punto esencial de las negociaciones, que son los derechos de los ciudadanos europeos en Gran Bretaña y de los británicos en la Unión Europea”. ”Esto muestra que no existe la menor sensibilidad cuando hablamos de los derechos de los ciudadanos”, denunció.

Michael Van Hulten, ex diputado europeo de visita en la London School of Economics, dijo que este «Hard Brexit» que contiene el “draft “ filtrado por The Guardian muestra que “quieren una ruptura con el legado de la Unión Europea”. Pero alertó que “si Gran Bretaña está buscando asegurar un periodo de transición en las negociaciones con la UE, esta es la manera equivocada de obtenerlo”.

Después de la filtración, Theresa May fue interpelada en la Cámara de los Comunes. Dijo que “la gente quiere ver controles en la inmigración como resultado de la salida de la Unión Europea”.

Así se inician los más impredecibles tres meses de las negociaciones del divorcio entre Gran Bretaña y la UE, en medio de la desconfianza y el Hard Brexit.

Fuente: Clarín

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