El tranquilo sendero que esconde una trampa que ya provocó más de 100 muertes

El tranquilo sendero que esconde una trampa que ya provocó más de 100 muertes

Es el camino de Broomway, o “Camino de las escobas”, en Inglaterra.

El mundo está lleno de caminos maravillosos, paisajes fascinantes y sitios inesperados. También es cierto que en cualquier lugar del plantea podemos encontrar escenarios que parecen sacados de una película de terror y que se han convertido, con el tiempo, en conocidas atracciones turísticas para los que desean experimentar el peligro en carne propia.

Hay mucho por ver, sobre todo en rutas, senderos y pasajes. Pero es raro encontrar caminos que además de peligrosos sean tan traicioneros como el más mortífero de Inglaterra.

Si uno acudiera a un mapa a gran escala y se situara sobre la costa de Essex, entre el río Crouch y el río Támesis, se observará un sendero marítimo aparentemente desolado, de suelo arenoso, que conecta las afueras del pueblo de Great Wakering con la Isla Foulness. El «Broomway», o «Camino de las escobas».

El inicio de Broomway, el camino más mortífero de Inglaterra.

El inicio de Broomway, el camino más mortífero de Inglaterra.

Es curioso, porque el aparente y tranquilo paseo al que se aventuran muchos curiosos es letal, mucho más que cualquier montaña, río rápido o cualquier punto de turismo aventura que se digne de tal. Y las estadísticas no mienten.

Para llegar allí hay que atravesar terrenos estatales del Ministerio de Defensa y recomiendan hacer el trecho con un guía especializado.

En ambos inicios, el sendero está señalizado, pero a lo largo del trayecto no hay más indicaciones.

En ambos inicios, el sendero está señalizado, pero a lo largo del trayecto no hay más indicaciones.

Con más de 600 años, registrado ya en 1419, Broomway recorre casi 10 kilómetros a unos 400 metros frente a la costa actual entre ambos puntos que une, en Maplin Sands.

Volviendo a la estadística, la cifra asusta: allí ya murieron más de 100 personas. Según EssexLive, 66 de las víctimas están enterradas en el cementerio de Little Foulness. En cualquier caso, quedan muchos más desaparecidos, todos presumiblemente arrastrados por la marea.

Ese es el gran tema de tantas muertes, la marea. Atravesar Broomway con la marea baja lleva alrededor de tres horas caminando. El sendero sólo es accesible en ese momento. Es una trampa, y por supuesto eso no ha impedido que muchos creyeran que podían volver caminando más rápido. El resultado fue la tragedia de quedar en un punto sin retorno, con el agua alrededor y sin tiempo para regresar.

El agua lentamente empieza a borrar la huella del camino y los peligros aparecen.

El agua lentamente empieza a borrar la huella del camino y los peligros aparecen.

Además del poco tiempo que se tiene para pasarlo, la ruta es apenas visible dado que la caminata en casi toda su extensión se da prácticamente sobre el lecho marino, por lo que perderse o desviarse del camino más recto es muy sencillo, además de letal.

El suelo arenoso de Broomway se borronea cuando el agua empieza a taparlo.

El suelo arenoso de Broomway se borronea cuando el agua empieza a taparlo.

Broomway toma su nombre de las 400 escobas que anteriormente se colocaban a intervalos de entre 30 y 60 yardas a cada lado de la ruta, lo que indica el paso seguro en la arena dura que se extendía entre ellos. Hasta 1932, Broomway era el único medio de ir y venir de Foulness salvo en barco, ya que la isla estaba aislada del continente por arroyos infranqueables y tramos de barro conocidos como «blackgrounds». La isla está actualmente controlada por el Ministerio de Defensa, que la compró durante la Primera Guerra Mundial con «fines de investigación» y continúa realizando pruebas de fuego de artillería sobre las arenas.

Una imagen de 1922, en la que se ve un transporte de personas entrando a Broomway.

Una imagen de 1922, en la que se ve un transporte de personas entrando a Broomway.

El final es más aterrador: actualmente el camino no está señalizado y, como si fuese poco, hay riesgo de tocar explosivos activos. Por lo tanto, lo mejor es ni pensarlo.

Fuente: Clarín

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *