Griselda Egea, guía de turismo: “Trabajo una cuarta parte de lo que solía trabajar”

Griselda Egea, guía de turismo: “Trabajo una cuarta parte de lo que solía trabajar”

La guía sanrafaelina, Griselda Egea, casi dos décadas ligada al turismo, no recuerda vivir una situación similar a la que vive el sector en la actualidad por la pandemia del coronavirus.

Griselda empezó a estudiar Turismo en el 2000 y dos años más tarde se recibió, “me metí como para estudiar algo y terminó siendo una verdadera vocación, llevo 18 años en la actividad” comentó. Recuerda que desde chica estuvo ligada a las relaciones interpersonales, “trabajé como moza en un hotel y siempre me gustó relacionarme con la gente”; pero lo que la terminó de acercar a su profesión fue gusto por la historia y la geografía.

Repasando sus inicios, señaló “me fui enamorando de mi trabajo, también tuve maestros que me hicieron amarlo y que esto, si lo haces solo por dinero, como cualquier trabajo, va a fracasar; pero si lo haces con pasión vas a obtener satisfacción y la gente lo va a notar. Es como una relación, te vas enamorando de a poco”. Encantada por su tierra y apasionada por su profesión, explicó “amo mostrar los rincones de San Rafael y si tuviera que elegir, volvería a estudiar lo que estudié”.

En cuanto a la situación atípica que vive el mundo, pero poniendo énfasis específicamente en el turismo, señaló “nunca me tocó vivir una situación similar a la que vivimos en el 2020 con la pandemia. Ni siquiera cuando apenas empecé, que el turismo no estaba tan explotado en San Rafael. Lo que ocurrió el año pasado no tiene comparación con nada y deseo que no vuelva a suceder”.

Lamentó la actualidad que viven quienes son parte y están afectados al sector, que “en este momento es el más castigado; y si bien, muchos se vieron afectados, hoy al turismo le cuesta levantarse. Revivimos en enero y esperemos que febrero repunte, pero el miedo está a que tengamos otro año similar”.

Analizando la actualidad, manifestó “trabajo una cuarta parte de lo que habitualmente solía trabajar. En la empresa llegamos a ser hasta 15 guías en actividad constante; hoy somos 4 y sobramos”. Y considerando un contexto macro dentro del departamento explicó “somos 100 guías y trabajamos 20. Sin trabajar a diario: 3, 4 días estamos activos, descansamos 5 y volvemos a hacer esos 3 o 4 días. No hay constancia”.

Respecto del amplio movimiento turístico que se vio en enero, puntualizó “es turismo particular, no es el tipo que nosotros manejamos: contingentes; aquel que viene por aéreo o en colectivo. No tenemos transporte larga distancia directo a San Rafael – Buenos Aires que es el turismo que realmente manejamos, el masivo”. Otro factor que los afectó es que “Aerolíneas viene una vez al día, pero los costos son altos comparados a lo que vale a Mendoza. Entonces el turista que viene por aéreo llega a la capital y viene por vía terrestre acá”.

El turismo es una actividad que genera ingresos y crea puestos de trabajo y “las autoridades ven que deja dinero en la provincia”, pero el sector se encuentra con la negativa de una parte de la sociedad que responsabiliza su ejercicio “creen que el virus lo trajo el turismo y, por el contrario, está a la vista que llevamos un mes de temporada y no tenemos casos ligados al área”.

“Las empresas están en quiebra”, sentenció, “particularmente en la que trabajo, el propietario tuvo que vender lo que construyó en años de trabajo para mantener impuestos altísimos, empleados en blanco y sueldos. Todas están en la misma situación”.

La expectativa para salir de la crisis en la que se encuentra el sector “es que se vacune al turista que necesitamos el resto del año: los jubilados. El abuelo no va a salir hasta que no se vacune. Ellos mantienen vigente al turismo, viajan en la temporada baja y visitan toda la Argentina. Pero hoy no van a salir hasta que estén inoculados. Nuestra esperanza es que lleguen las vacunas y que se aplique a todos los que la requieren, pero sobre todo a los de riesgo”.

Como reflexión puntualizó: “la vida no va a ser como antes, el virus vino para quedarse y tenemos que aprender a convivir con él. Masivamente no creo que podamos hacer más nada, pero lo que se pueda hacer es que apliquemos los protocolos y las sugerencias para poder seguir trabajando”.

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