Ilusión y presión en la gran final de Copa del Rey

Ilusión y presión en la gran final de Copa del Rey

Barça y Athletic necesitan la Copa más que nunca en la revancha de la Supercopa de enero. Los culés llevan dos años sin títulos y Koeman precisa de una victoria para reforzar su figura.

Idéntico deseo y un grado parecido de presión. Tres meses después del triunfo vizcaíno en la Supercopa, Barça Athletic se reencuentran hoy (16.30 DirecTV Sports – hora Argentina) en La Cartuja en una final de la Copa del Rey marcada por la ilusión y necesidad de levantar el trofeo en ambos conjuntos.

El Barça, rey del torneo con 30 coronas (seis en nueve finales disputadas en las últimas 11 ediciones), está obligado a no fallar por enésima vez este curso en una cita grande. El equipo viajó a Sevilla con el único propósito de sepultar ya la sequía de casi dos años sin títulos. No son urgencias históricas, como decía Menotti, pero casi. No hay otra que ganar. Han sido demasiados fiascos desde LaLiga 2018-19: Anfield, la Copa ante el Athletic, la primera temporada en blanco desde la 2007-08, dos Supercopas perdidas y dos destituciones en el banquillo.

Tras Ernesto ValverdeQuique Setién duró ocho meses y llegó Ronald Koeman para reflotar la nave azulgrana. Con opciones intactas en LaLiga, toca ya una primera alegría para un vestuario rejuvenecido que ilusiona y con veteranos que arrastran mucho lastre reciente. Messi, quién sabe si en su última final culé, lleva dos años encallado en los 34 títulos sin haber podido alzar un trofeo en una final. Y la vieja guardia que completan los PiquéBusquets Alba necesitan también reconciliarse con el éxito, algo casi cotidiano en sus carreras. Presión también para Koeman, aunque tranquilo por su futuro al haber notado “la confianza de Laporta en privado”.

Como la de Marcelino tras el palo por la derrota en la histórica final de hace dos semanas ante la Real Sociedad sin rugir apenas en Sevilla. La Supercopa no fue suficiente para sacar por fin la gabarra 37 años después del 1-0 al Barça en el Bernabéu. Desde entonces, son cinco finales de Copa perdidas, tres de ellas (2009, 2012 y 2015) ante los culés. Y el premio añadido sería el billete para la Europa League.

Sevilla, esquiva en las finales para el Barça, no lo es para el Athletic de Marcelino. Los culés sólo ganaron en 1925 la copera ante el Arenas Getxo en el estadio Reina Victoria pero perdieron en el Pizjuán la Copa de Europa de 1986 ante el Steaua, la Copa de 2019 ante el Valencia del propio Marcelino y la Supercopa en enero ante los ‘leones’. Estos sobrevivieron además en Heliópolis a una tanda en cuartos de final tras haber echado ya en la prórroga al Alcoyano, verdugo del Madrid en 1/16. La agonía ha acompañado también al Barça, tras perder la Supercopa en un tiempo extra que sí le sonrió en Cornellà (0-2), Granada (3-5) y en la vuelta de ‘semis’ ante el Sevilla con gol previo de Piqué en el 94’ antes de que Braithwaite sellara el pasaporte. Ambos conjuntos quieren la recompensa final a tamaño esfuerzo intersemanal.

La presencia del central en el once era una de las incógnitas en el bando azulgrana pero Koeman la despejó caso del todo de la última sesión en La Cartuja. Araujo Lenglet son los otros favoritos a ocupar el eje de la zaga en caso de regresar a una pareja ahí. Sergi Roberto podría entrar en el equipo en lugar de Dest con una incertidumbre añadida en torno al sistema: el 3-5-2 del último mes y medio o el 4-3-3 de enero a marzo y en los segundos tiempos ante Valladolid y Madrid. Ronald lo dejó abierto.

En el Athletic, con Yeray Yuri recuperados, tienen clara la hoja de ruta. Presión cuando pueda para robar y salir en largo hacia Iñaki Williams como el Madrid a lo Vinicius o buscando la cabeza de Raúl García que descuelgue la bola y explotar además la estrategia con el guante de Muniain. Así noqueó al Barça en la Supercopa.

Y en medio, Juan Martínez Munuera, non grato para Koeman y el Barça con el malestar sobre los arbitrajes hecho público solo por el holandés. En el Clásico de octubre pitó el polémico penalti de Lenglet Ramos VAR mediante (hoy con González González) y en la Copa 2019-20 pasó por alto un claro penalti de Capa De Jong en San Mamés, antes del 1-0. Máxima presión, pues, también para el colegiado de Benidorm en su debut en una final copera.

No habrá un color especial ni en las gradas salvo un tifo por bando en cada fondo ni en las calles de Sevilla. Ni micrófonos de ambiente a la baja ante posibles pitos al rey Felipe VI, presenta ya dos semanas atrás en el derbi vasco. La Cartuja repetirá como escenario de la final en 2022 y 2023 de momento en la esperada vuelta de la tradicional fiesta, tal vez el mejor día de la temporada en el fútbol español. Maldita pandemia. Que acabe de una vez, como lo hará una mala racha sí lo hará esta noche. Jueguen.

Fuente: Mundo Deportivo

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