Nadal despachó a Thiem, Wawrinka dejó sin chances a Murray y se enfrentarán en final de Roland Garros
El español ganó en sets corridos y buscará su décima corona. El suizo venció en cinco sets al número 1 del mundo.
Le sobran pergaminos a Stan Wawrinka como para soñar a lo grande en París. El número 3 del mundo, que ya sabe lo que es ser campeón en Roland Garros, dio este viernes el que podría ser el penúltimo paso hacia una nueva consagración al superar en la semifinal al líder del ranking, el británico Andy Murray, por 6-7 (6-8), 6-3, 5-7, 7-6 (7-3) y 6-1. Claro que en la final no le espera nada sencillo. El domingo tendrá que vérselas por el título con un coloso del polvo de ladrillo como el español Rafael Nadal, quien busca su décima corona en el Grand Slam francés tras aplastar a una de las grandes promesas del circuito, el austríaco Dominic Thiem, en sets corridos (6-3, 6-4 y 6-0).
Luego de un andar algo irregular en el comienzo de la temporada, Murray parecía haber encontrado su mejor tenis en París. Y su punto de arranque parecía haber sido la sólida victoria en tres sets por la tercera ronda frente a Juan Martín Del Potro. Pero esta vez ni siquiera pudo aprovechar su buen comienzo de partido y dejó atrás su esperanza de consagrarse por primera vez en Roland Garros.
Wawrinka, un jugador al que a veces le cuesta entrar en ritmo pero que se vuelve muy peligroso en las instancias finales, no se desesperó a pesar de haber desperdiciado una buena ventaja en el tercer set y de estar dos veces en desventaja en el encuentro. Y en el tie-break del cuarto parcial encontró la manera de quebrar a Murray, quien pareció reducido a la categoría de un tenista del montón en el quinto set y se entregó casi sin oponer resistencia.
El suizo, quien el año pasado había caído justamente frente a Murray en las semifinales, busca su segundo título en París luego de haber alcanzado el título en 2015. En su haber ya cuenta además con tres títulos de Grand Slam: además del mencionado en París hace dos años, festejó en Australia 2014 tras vencer a Nadal y en el Abierto de EE.UU. del año pasado al superar al serbio Novak Djokovic, por entonces número 1 del mundo.
El pronóstico de la otra semi tenía como favorito por antecedentes a Nadal y se cumplió. Para acceder a la final barrió a Thiem, que venía de eliminar en tres sets a Djokovic en semis y había sido el único que había logrado superar a Nadal este año sobre polvo de ladrillo (cuartos de final de Roma).
Hoy, en un estadio Philippe Chatrier abarrotado, fue Thiem el que golpeó primero. Break de entrada para el austríaco, pero su rival se lo devolvió de inmediato. Arrancó el partido con los dos tenistas temblorosos al servicio. Con 1-1, Nadal salvó dos pelotas de break y al juego siguiente volvió a romper a Thiem. A partir de ahí, el español se adueñó de la cancha. El austríaco, quizás agobiado por el marcador, quizás por verse atrás en el marcador desde el inicio, empezó a arriesgar más de la cuenta con sus tiros. Acabó hoy con 34 errores no forzados, su cifra más alta de todo el torneo.
Al contrario, Nadal era todo calma en los momentos de tensión. A las ocho oportunidades de break que concedió en todo el partido respondió con siete primeros saques. Tras perder el primer set en 47 minutos, Thiem disfrutó de dos pelotas de break para colocarse 2-0 y servicio en el inicio del segundo set, pero se encontró con dos winners de derecha de Nadal. Ahí se le escapó la última oportunidad. El austríaco sólo pudo hacer tres puntos en sus seis juegos siguientes al resto, lo que se tradujo en un 6-4 en el segundo set y en un 6-0 en el tercero.
El español alcanzó así la final de Roland Garros sin ceder un set, como ya hizo en 2007, 2008 y 2010. Además, lo hizo habiendo perdido tan sólo 29 juegos, lo que supone la segunda mejor trayectoria de un tenista camino de una final de Grand Slam. El récord son los 27 de Bjorn Borg en el Roland Garros de 1978.
La del domingo será la 22ª final de Nadal (4º del mundo) en un Grand Slam y la décima en Roland Garros, donde ha ganado siempre que alcanzó el último partido. El mallorquín aspira a su 15º título en un ‘grande’, con lo que pondría fin además una sequía de tres años sin ganar un Grand Slam, justo desde su última corona en París. A principios de este año estuvo cerca de conseguirlo en Melbourne, pero el suizo Roger Federer le ganó en el último partido en el Abierto de Australia.
El español, que durante el presente torneo volvió a mostrar el nivel de sus mejores días, es el mejor tenista de la historia en polvo de ladrillo y tiene la chance de conseguir su primer título en París desde 2014.
Fuente: Clarín