Cómo construir cultura de innovación
Sonia Jalfin y Eevamaija Vuollo disertaron en el marco de un inspirador encuentro. Expertas en comunicación y enseñanza ofrecieron su visión en los procesos de transformación y cambios que imperan en la sociedades modernas. Las conclusiones de una charla productiva
La innovación es un ejercicio revolucionario. Supone un cambio, una renovación. Tiene como objeto refundar un concepto atrapado en la lógica del tiempo. Innovar es pensar hacia adelante, con impacto inmediato. Es una visión y una transformación en simultáneo. Para crear hábitos nuevos en las sociedades y en las actividades de las personas es menester gestar una cultura. Construir una cultura de innovación fue la temática que abordaron dos referentes de nuevas metodologías y concepciones. Grupo VI-DA fue la sede, UPWARD Women Argentina fue el marco.
Sonia Jalfin es fundadora y directora de Sociopúblico, un estudio de comunicación de ideas complejas del campo del campo de la investigación, la ciencia y las políticas públicas. Promovió en su conferencia, moderada por la periodista Hinde Pomeraniec, técnicas para procesar la información desbordante de los tiempos modernos en insumos para la comunicación. Advirtió que la necesidad de atención, de absorción del conocimiento tiene tres enemigos concretos -ella los llamó monstruos-: el avance tecnológico abrumador que proporciona una sensación de inestabilidad e incertidumbre, los factores que «nos congelan, nos hielan y finalmente nos desplazan» y el ritmo frenético de la información, responsable de una constante confusión.
Explicó cómo la organización de los datos pueden producir dividendos en el campo social. Habló de los datos como información útil, los datos como servicio, los datos para construir historias, los datos centrados en los usuarios y los datos para construir experiencias. Desmembró cada unidad con casos elocuentes. El ejemplo de una investigación sobre cómo las personas promocionan sus propias viviendas sirvió para narrar historias de cada barrio porteño. Los datos, concentrados, identificaron patrones: en Puerto Madero la palabra más repetida fue seguridad; en Palermo, solarium; y en Chacarita, Palermo, para contagiarse de la popularidad del barrio lindero. «Estos resultados nos interpelan porque habla de quiénes somos nosotros», explicó Jalfin.
La licenciada en Sociología de la Universidad de Buenos Aires se preguntó «cómo hacemos para que nos escuchen en medio de este frenesí«. Su propuesta implica involucrarse en los cambios que imperan en las sociedades contemporáneas. Su innovación radica en la conversión eficiente de los datos y la comunicación. «Debemos analizar los datos para que nuestra comunicación tenga sentido y sea relevante para los demás», concluyó.
Eevamaija Vuollo es una finlandesa que habla español con acento chileno. Es Eevamaija en Finlandia y Eva en Chile. Es profesora, Magíster en Educación Intercultural por la Universidad de Oulu y coautora de la tesis de maestría que fuera reconocida por la Asociación Finlandesa de Investigación Educativa como la mejor sobre educación de 2016 en Finlandia. Colabora como asesora e investigadora en la Fundación 2020 del país trasandino, donde sueña con transformar la educación pública.
Su interpretación de la innovación profesa el cambio instantáneo con la vista centrada en el progreso. Pero no esperar: alterar las formas sobre las bases presentes, en simultáneo a una transformación basal, de fondo. Disertó sobre cómo mejorar la calidad de la educación en países de América Latina, basándose en la metodología exitosa de su país.
«Nuestra meta es mejorar la calidad y la equidad en la educación chilena. Muchas veces escuchamos que la educación en general está en crisis: las escuelas no se corresponden a lo queremos como sociedad, no se adaptan a las necesidades del mundo laboral y los niños están aburridos en la clase. El mundo ha cambiado a una velocidad nunca antes vista. La educación funciona con la misma lógica del mercado. Y Chile es un extremo en ese marco», desarrolló la experta.
Comparó el movimiento global de las reformas educativas con la ruta alternativa que tomó Finlandia. Contrastó la competencia de la educación tradicional con la colaboración del camino pedagógico que construyeron su país: la estandarización con la colaboración, la rendición de cuentas basadas en pruebas con el profesionalismo basado en la confianza, la elección de escuelas con la equidad de los resultados. Explicó que ningún niño aprende igual que otro, que en Finlandia los niños van al colegio que más cerca le queda de su casa porque existe un nivel de formación homogéneo.
UPWARD (Uniting Professional Women Accelerating Relationship & Development) Women tiene como propósito crear espacios de interacción e intercambio de ideas, perspectivas y capacitación para los desafíos del futuro
«Las reformas educativas que comenzaron en la década del sesenta en Finlandia, tenían un consenso de largo plazo. Basadas en equidad y escuela pública de calidad. Con el tiempo creamos un sistema público de escuelas muy eficiente y gratuito, ya que no hay educación privada en mi país porque está prohibida», explicó Vuollo. «Hay que privilegiar la educación personalizada. Es una pedagogía de la diversidad. En Finlandia los profesores son responsables de la evolución educativa de los chicos y para ello realizan metodologías innovadoras, con pruebas no estandarizadas. Son más bien personalizadas. Y para ello es necesario invertir en el profesionalismo docente», subrayó.
Percibió que la extrapolación del modelo a los sistemas educativos de la región requiere proyección a largo plazo, un bien escaso en el país. Sin embargo, además de valorar la vocación y la pasión de algunos docentes, remarcó que hay principios comunes que trascienden y pueden ser tomados para mejorar la calidad educativa de los sistemas tradicionales. «Si queremos promover las habilidades del Siglo XXI debemos cambiar las cosas», advirtió. La innovación demanda un cambio cultural.
Fuente: Infobae