Odebrecht: la justicia uruguaya investigará coimas a argentinos
Rastreará la ruta del dinero, a partir de una sociedad que formó «Corcho» Rodríguez
Si la justicia argentina no logra investigar el capítulo local del Lava Jato, acaso la justicia uruguaya sí pueda. Ayer dio el primer paso en esa senda cuando la jueza Beatriz Larrieu abrió un sumario para rastrear la «ruta del dinero» de Odebrecht para coimear, vía Uruguay, a funcionarios argentinos.
La jueza del fuero contra el crimen organizado Beatriz Larrieu inició ese sumario a instancias del fiscal Carlos Negro, quien pidió investigar las cuentas de Sabrimol Trading, la sociedad que el lobbista Jorge «Corcho» Rodríguez montó en Montevideo para recibir y canalizar dinero de Odebrecht, según reveló como parte de la Red de Investigaciones Periodísticas Estructuradas, que lidera el portal peruano IDL Reporteros.
El fiscal Negro se basó, en particular, en la entrevista que el ex director de Sabrimol Trading Carlos Dentone concedió a LA NACION en la que confirmó que Rodríguez es el dueño en las sombras de esa sociedad y la utilizó para canalizar fondos de Odebrecht.
«Rodríguez era el que manejaba el dinero», afirmó Dentone, un abogado retirado. «Qué pasaba con esa plata, no teníamos ni idea», completó el letrado, que durante muchos años administró el patrimonio del lobbista en Uruguay.
Constituida en 2007 con acciones al portador, Sabrimol Trading operó una cuenta en una sucursal uruguaya del Banco Itaú, donde recibió millones de dólares y euros de Odebrecht para coimear a funcionarios argentinos, según confesaron ex ejecutivos de la constructora que colaboran con la justicia brasileña.
Esos millones de dólares de Odebrecht llegaron a Uruguay mediante transferencias bancarias que salieron de las cuentas bancarias en Panamá y Antigua y Barbuda, pertenecientes a cuatro firmas offshore: Select Engineering Consulting and Services, Klienfeld Services, Innovation Research Engineering and Development Ltd. y Trident Inter Trading Ltd.
Esa operatoria, según los ex ejecutivos de Odebrecht devenidos «delatores premiados» ante la justicia brasileña, se utilizó para al menos tres proyectos de obra pública en los que participó la constructora: el que ganaron para la extensión de las redes troncales de gas, el de Aysa-Paraná de las Palmas y, por último, para el soterramiento del tren Sarmiento.
Cuando expuso sus vínculos con Sabrimol Trading, «Corcho» Rodríguez confirmó que Dentone fue su contador en Uruguay, pero desconoció cualquier vínculo con la sociedad que operó en Zonamérica, la zona franca de Montevideo, hasta su cierre, a fines de 2014 o principios de 2015.
El lobbista negó entonces cualquier irregularidad de manera asertiva: «Juro por mi hija que nunca le pedí a ningún ejecutivo de Odebrecht dinero para coimear a funcionarios, como también juro que ni De Vido, ni Baratta, ni ningún otro funcionario me pidió jamás una coima».
Ahora, sin embargo, la justicia uruguaya abrió una investigación propia sobre el capítulo en ese país de un caso argentino de corrupción, lo que cuenta un antecedente reciente: el caso Ciccone.
A partir de otra investigación de LA NACION, la justicia uruguaya abrió un expediente para determinar el origen de los US$ 620.000 que una sociedad, Dusbel SA, giró desde Montevideo a The Old Fund, el misterioso fondo que había tomado el control de la ex Ciccone Calcográfica.
Con el correr de los meses, otro juez del fuero contra el crimen organizado, Néstor Valetti, ordenó la indagatoria del presunto testaferro de Amado Boudou Alejandro Vandenbroele, quien faltó a dos citaciones. Y por ese motivo Uruguay pidió su extradición y captura internacional.
Ahora, tanto la jueza Larrieu como el fiscal Negro avanzarán sobre las coimas que pagó Odebrecht a través de Sabrimol Trading.
Fuente: Lanacion